Prolegómenos

Símbolo de la vid como emblema del trabajo del Creador según El Libro de los Espíritus
La vid como emblema del trabajo del Creador: la cepa representa el cuerpo, el licor el espíritu, y el grano el alma unida a la materia.

Prolegómenos

En todas partes se producen fenómenos que se substraen a las leyes de la ciencia común y que revelan en su causa la acción de una voluntad libre e inteligente.

La razón dice que un efecto inteligente debe tener como causa una potencia inteligente, y los hechos han probado que esa potencia puede ponerse en comunicación con los hombres por medio de signos materiales.

Preguntada acerca de su naturaleza, esta potencia declaró pertenecer al mundo de los seres espirituales que se han despojado de la envoltura corporal del hombre. Así fue revelada la doctrina de los Espíritus.

Las comunicaciones entre el mundo espírita y el corporal están en la naturaleza de las cosas y no constituyen ningún hecho sobrenatural. Por esta razón se encuentran vestigios de ellas en todos los pueblos y en todas las épocas. Hoy son generales y patentes para todo el mundo.

Los Espíritus anuncian que los tiempos designados por la Providencia para una manifestación universal han llegado ya y que, siendo ministros de Dios y agentes de su voluntad, su misión es la de instruir e ilustrar a los hombres, abriendo una nueva era para la regeneración de la humanidad.

Este libro es la recopilación de su enseñanza. Ha sido dictado y escrito por orden de los Espíritus superiores, a fin de echar los cimientos de una filosofía racional, libre de los prejuicios del sectarismo[1], y nada contiene que no sea expresión de su pensamiento y que no haya sido comprobado por ellos. Solo el orden y la distribución metódica de las materias, como también las observaciones y la forma de alguna parte de la redacción, son obra del que ha recibido la misión de publicarlo.

Entre los Espíritus que han concurrido a la elaboración de esta obra, muchos han vivido en épocas diversas en la Tierra, donde han predicado y practicado la virtud y la sabiduría. Otros no corresponden, por sus nombres, a ningún personaje cuyo recuerdo haya conservado la historia, pero su elevación queda atestiguada por la pureza de su doctrina y por su unión con los que llevan nombres venerables.

He aquí los términos en que, por escrito y por conducto de muchos médiums, dieron la misión de escribir este libro:

Ocúpate con celo y perseverancia del trabajo que has emprendido con nuestro concurso, porque este trabajo es nuestro. En él hemos sentado las bases del nuevo edificio que se levanta y que debe un día unir a todos los hombres en un mismo sentimiento de amor y caridad. Pero antes de divulgarlo, lo repasaremos juntos para comprobar todos sus pormenores.

Estaremos contigo siempre que lo solicites, para ayudarte en los otros trabajos, porque esta no es más que una parte de la misión que te ha sido confiada y revelada ya por uno de nosotros.

De los conocimientos que se te dan, los hay que debes reservar para ti solo hasta nueva orden, y ya te indicaremos nosotros cuando llegue el momento de publicarlos. Entretanto, medítalos, para que estés preparado, cuando te indiquemos el momento.

Pondrás a la cabecera del libro la cepa de vid que te hemos dibujado[2], porque es emblema de trabajo del Creador, encontrándose reunidos en ella todos los principios materiales que mejor pueden representar el cuerpo y el Espíritu: el cuerpo es la cepa; el espíritu es el licor; el alma, o espíritu unido a la materia, es el grano. El hombre purifica el espíritu por medio del trabajo y ya sabes que solo con el trabajo del cuerpo adquiere conocimientos el espíritu.

No te acobardes por la crítica. Encontrarás impugnadores encarnizados, sobre todo entre las gentes interesadas en conservar los abusos. Hasta los encontrarás entre los Espíritus, porque los que no están suficientemente desmaterializados procuran con frecuencia sembrar dudas por malicia o por ignorancia. Pero sigue adelante siempre. Cree en Dios y camina con confianza. Estaremos contigo para sostenerte, y está próximo el tiempo en que la verdad resplandecerá por todas partes.

La vanidad de ciertos hombres que creen saberlo todo y que todo quieren explicarlo a su modo, originará opiniones disidentes, pero todos los que tengan presente el gran principio de Jesús se confundirán en el mismo sentimiento de amor y del bien, y se unirán con un lazo fraternal que abarcará a todo el mundo. Dejarán a un lado las miserables cuestiones de palabras para no ocuparse más que de las cosas esenciales, y siempre será una misma la doctrina, en cuanto al fondo, para todos los que reciban comunicaciones de los Espíritus superiores.

Por medio de la perseverancia llegarás a coger el fruto de tus trabajos. El placer que experimentarás viendo la doctrina propagarse y bien comprendida será una recompensa, cuya totalidad de valor comprenderás quizá más en el porvenir que en el presente. No te desazones, pues, por las espinas y piedras que los incrédulos o malvados arrojarán en tu camino. Persevera en la confianza, pues con ella llegarás al fin, y siempre merecerás ser ayudado.

Acuérdate de que los Espíritus buenos no asisten más que a los que sirven a Dios con humildad y desinterés, y que rechazan a todos los que buscan en el camino del cielo un escabel para el logro de las cosas terrenas, apartándose del orgulloso y del ambicioso. El orgullo y la ambición serán siempre una barrera entre el hombre y Dios. Son un velo corrido ante los celestes destellos y Dios no puede servirse de los ciegos para dar a comprender la luz.

(SAN JUAN EVANGELISTA, SAN AGUSTÍN, SAN VICENTE DE PAUL, SAN LUIS, EL ESPÍRITU DE VERDAD, SÓCRATES, PLATÓN, FENELÓN, FRANKLIN, SWEDENBORG, etc.)

Nota. Los principios contenidos en este libro son el resultado, bien de las respuestas dadas por los Espíritus a las cuestiones directas que les han sido propuestas en diversas épocas y por intermedio de un gran número de médiums, o bien de las instrucciones dadas por ellos espontáneamente tanto a nosotros como a otras personas sobre las materias que encierra. Todo ello ha sido coordinado con objeto de presentar un conjunto regular y metódico, y no ha sido entregado a la publicidad sino tras haber sido cuidadosamente revisado en varias ocasiones y corregido por los mismos Espíritus. Esta nueva edición ha sido igualmente objeto de un nuevo y minucioso examen.

Lo que está entre comillas a continuación de las preguntas es la respuesta textual dada por los Espíritus. Lo que está marcado con otro tipo de letra o designado por una forma especial, comprende las notas o explicaciones añadidas por el autor y que igualmente han experimentado el control de los Espíritus.[3]

[1] “Esprit de système” en el original francés. (N. de L. G.)

[2] La cepa del principio es el facsímil de la que ha sido dibujada por los Espíritus. (N. de A. K.)

[3] Esta nota no figuraba en la traducción de Fernández Colavida, pero hemos considerado interesante incluirla porque sí se encontraba en Le Livre des Esprits desde la 2ª edición (1860) hasta la 10ª (1863), y particularmente por la importancia de la información que aporta. (N. de L. G.)