En la frontera del otro mundo

Se trata de un folleto de propaganda publicado por algunos socios del Centro Barcelonés de Estudios Psicológicos en el mes de junio del año 1915, que curiosamente ha aparecido en la Universidad de Wisconsin, en Madison.

A pesar de haber transcurrido más de 100 años de su publicación, el contenido que transcribimos en el presente artículo, podría perfectamente formar parte de un folleto divulgativo de la actualidad, con provechosa utilidad. Y como siempre que los espíritas nos topamos con los hechos, con los nombres de los destacados hombres de ciencia que investigaron y comprobaron toda la fenomenología espiritista, por cierto en buena parte enumerados en este folleto; nos preguntamos ¿por qué todavía la mayor parte de la humanidad permanece en la ignorancia de esta realidad?, ¿por qué no hay científicos hoy en día tan importantes investigando estos fenómenos? Aunque también nos asalta la duda ¿tenemos hoy en día científicos de la talla de aquellos?

Y al reflexionar en esas dudas nuestro pensamiento trata de elucubrar algunas respuestas, que a su vez generan ¡otras nuevas preguntas!

Hoy, aunque tengamos numerosos médiums y fenómenos, los médiums de efectos físicos escasean, mucho más que entonces, porque en aquel momento se dio lo que Arthur Conan Doyle denominó «la invasión organizada», se llamó la atención de forma contundente en todas las latitudes.

¿Volveremos a vivir una época similar?, pues con toda probabilidad, como ya ha sucedido en muchas otras épocas, y entretanto en el sentir general de la humanidad se va preparando el terreno que permitirá que la realidad espiritual germine de una forma generalizada.

Más de 100 años después la cantidad de personas en este mundo que creen en la reencarnación se ha multiplicado considerablemente. Los casos investigados de experiencias cercanas a la muerte se cuentan por decenas de miles. Hay muchas más personas libres del oscurantismo religioso, y mientras los templos de occidente se vacían, hoy tanto o más que entonces los seres humanos nos seguimos haciendo las mismas preguntas existenciales, y probablemente la mayor diferencia es que ahora podemos responderlas desde una mayor libertad y acceso a la información.

Pero queda mucho camino, y el materialismo sigue campando a sus anchas en este mundo del aquí y ahora; y por eso mismo tendrán que volver a llamarnos la atención, y llegado el momento estaremos más prestos para escuchar, o para ver, y poner fin a la profecía de Isaías: «Aunque miran, no ven; aunque oyen, no escuchan ni entienden».

Pues sin más dilación escuchemos y veamos lo que ya fue, y volverá a ser.

En la frontera del otro mundo

FOLLETO DE PROPAGANDA

Publicado por algunos socios del

CENTRO BARCELONÉS DE ESTUDIOS PSICOLÓGICOS

 

AL LECTOR

Ser o no ser he aquí el problema.

Hamlet

 

La casi totalidad· del público español ignora un importantísimo movimiento científico-filosófico que se realiza en nuestros tiempos, que, partiendo de los métodos y bases de la ciencia, se propone el estudio del alma y de la vida futura, constituyendo la ciencia­ religión.

Vista folleto En la frontera del otro mundo
Vista folleto En la Frontera del Otro Mundo

En el universo sensible todo está sujeto a la ley de la muerte: mueren los individuos, mueren las naciones y mueren los mundos. El problema del más allá es, por consiguiente, el más importante problema que la inteligencia humana puede proponerse resolver.

En estas modestas páginas sólo podemos bosquejar una ciencia que acaba de nacer, pero que promete mucho. La electricidad y la química, cuyas aplicaciones nos asombran, tuvieron orígenes más humildes.

En menos de medio siglo estas doctrinas se han extendido por todo el mundo, llevando a muchas inteligencias que dudaban y a muchos corazones que sufrían, una creencia y un consuelo que habían buscado en vano en el dogmatismo religioso y en el materialismo científico.

Los dogmatismos religiosos agonizan; el materialismo es injusto y desconsolador; los unos no convencen a la razón; el otro no satisface al sentimiento.

¡Quiera Dios que dé algún resultado una propaganda que no está inspirada en ningún móvil egoísta, sino en el más ardiente amor a la verdad y a todos los seres!

El alma en la anestesia

Creemos oportuno empezar por los fenómenos observados en la anestesia quirúrgica, durante cuyo estado se presentan a veces hechos interesantísimos, que demuestran la existencia de un principio espiritual y la posibilidad de separarlo del cuerpo durante la vida. Estos hechos serían aún más numerosos de lo que son, si la prudencia no aconsejara al cirujano no llevar muy lejos la anestesia, y si el operador y ayudantes, atentos únicamente al resultado de la operación, concedieran alguna atención a los fenómenos psicológicos que muchas veces pasan inadvertidos.

«Si alguna prueba existe de la independencia del yo, es la que nos dan los individuos sometidos a la acción del éter.

La sensibilidad, que une la vida y la inteligencia, se extingue; la vida persiste, la inteligencia continúa y el lazo desaparece». Doctor Bonisson.

Velpeau en la sesión celebrada en la Academia de Ciencias de París, el 4 de marzo de 1850, citó dos casos sorprendentes observados por él.

«¡Qué fecundos son para la psicología –añadió el célebre cirujano– estos actos que llegan a separar el alma de la materia, la inteligencia del cuerpo!»

Un enfermo decia al doctor Bourdon, después de la anestesia: «Parecía que una brisa deliciosa me empujaba a través de los espacios». (De l’Ethérisme). El doctor Cassaignac dice, refiriéndose a lo expuesto por algunos operados: «Les parece no encontrarse en su lecho; creen hallarse literalmente en el aire».

El doctor Lasagra consagró a este asunto una preciosa obrita: L’ame, demostration de sa réalité déduite de l’étude des effets du cloroforme sur l’économie, apoyada en observaciones de gran valor.

El periódico inglés The Chemist and Druggist (15 de marzo de 1874) cita un caso sumamente interesante. El operado es un practicante, James Richardson, que describe así sus sensaciones durante la operación (para la anestesia se empleó el protóxido de ázoe).

Primero sentí pesadez en los párpados, luego se cerraron y me pareció encontrarme en otra atmósfera diferente de la normal, semejante a la de un invernadero. No sentí esa opresión ni sofocación de que tanto se ha hablado.

»Al mismo tiempo percibí como un zumbido. En seguida vi como una luz violada que se movía de una manera extraña. Subía y me pareció que yo la seguía hasta una gran altura.

»Yo era, como si dijéramos, otra persona. Podía ver mi cuerpo y percibía una voz que parecía decir algo a los demás. Pude ver varias personas que, inclinada la cabeza, me miraban detenidamente, o, mejor dicho, miraban mi cuerpo».

El Sr. Richardson siguió relatando sus sensaciones hasta terminar la operación.

El alma en el sueño magnético

Es un hecho que merece tenerse en cuenta la casi unanimidad con que las obras de magnetismo admiten y describen los fenómenos de doble vista, éxtasis, transmisión del pensamiento, etc. El hipnotismo moderno, influido por el carácter materialista de que está revestida nuestra ciencia oficial, había relegado al olvido durante muchos años todos estos hechos, considerándolos como fábulas. No obstante, se ha dejado sentir una poderosa reacción en estos últimos tiempos.

La transmisión del pensamiento (sugestión mental) se ha estudiado en nuestra época por gran número de sabios, y está ya casi admitida oficialmente después de los trabajos de los doctores Ochorowicz, Lombroso, P. Janet, Gibert, Ch. Richet, S. Herrero y otros.

Los doctores Bourru y Burot (profesores de Rochefort) han demostrado que si a ciertos individuos hipnotizados se les acercaban medicamentos (en condiciones tales que no pudieran los resultados obtenidos explicarse por sugestión, olor del medicamento, etcétera), se obtenían idénticos efectos que si los medicamentos se hubiesen ingerido. Estos experimentos han sido comprobados por Chazarnin, Dufour y otros hipnólogos. En estos últimos años han llamado la atención del mundo científico los experimentos de Rochas, quien ha probado que la sensibilidad podía exteriorizarse y que determinados sujetos hipnóticos, al propio tiempo que presentaban la insensibilidad de la piel, ofrecían, más allá del cuerpo, varias capas sensibles.

La facultad de ver sin auxilio de los ojos (doble vista) se presenta en algunos sujetos magnetizados. El doctor Gregory (Letters on animal magnetisme), el barón du Pótet (Traité de magnétisme animal), el doctor Chardel (Essai de psychologie physiologique), el doctor Herbet Mayo (Letter on the truths contained in popular superstitions) y otros muchos autores citan casos concluyentes en favor de lo que decimos.

¡Con cuánta razón afirma el doctor Lélut «que el magnetizado gusta, huele, palpa y ve por una penetración interior especial e independiente de los sentidos»! Physiologie de la pensée

Pero hay un estado llamado éxtasis magnético, todavía más interesante para nuestro asunto. He aquí su descripción: «el magnetizado palidece; hay relajación muscular completa; se creería que había muerto; se siente como un vapor luminoso que piensa separado de su cuerpo». Doctor Charpignon.

«Ve su cuerpo como un objeto extraño ele! qne repugna revestirse». Doctor Chardel

«El éxtasis es la muerte sin muerte; un estado en el cual el alma, separada de la materia, la domina en lugar de ser dominada». Du Pótet.

Lo que caracteriza semejante estado es «una indiferencia absoluta hacia todo lo que se refiere a objetos terrestres. En esta nueva situación el espíritu está lleno de ideas religiosas. La independencia del alma y su inmortalidad son para él, cosas evidentes». Deleuze

«Una sonámbula describía su estado como idéntico al que tendria después de morir». Kerner

La sonámbula Kramer decía a menudo en este estado, que ella estaba «en el más allá» Perty

En las obras de Cahagnet, Bertrand, Richard, Rochas y otros magnetizadores, se encuentran también elocuentes párrafos sobre este asunto.

El éxtasis es el último grado del sueño magnético. El doctor P. Gibier le llama «grado de desdoblamiento».

Únicamente en los últimos grados se presentan los fenómenos de clarividencia, adivinación del pensamiento, etc., es decir, cuando el alma parcialmente separada del cuerpo empieza a gozar de las facultades y sentidos de los espíritus libres.

Las obras de magnetismo anteriores al nacimiento del Espiritismo hablan ya de la posibilidad de comunicar con los muertos. Pero sólo en nuestros tiempos se ha empezado a aplicar seriamente el hipnotismo a la producción de los fenómenos espiritistas. Los profesores Rossi, Pagnoni y Moroni, con su folleto Alcuni saggi di mtdianitá ipnotica; Rouxel con su obra Rapports du magnétisme et du spiritisme; Carl du Prel con su curioso libro La mort, l’au delá y algún otro, marcan la primera evolución en este sentido.

Ya hemos dicho que la transmisión del pensamiento es un fenómeno observado por muchos investigadores en los grados avanzados sueño magnético.

El espíritu, después de la muerte, carece de órganos materiales para emitir y percibir sonidos, pero lee directamente en el pensamiento. Tal es el lenguaje· de los muertos.

El alma en los fenómenos espiritistas

«Ni materialistas ni espiritualistas se han convencido, no obstante, la sutileza de sus argumentos, la superioridad de inteligencia y el deseo sincero de la verdad que les reconocemos. Y esto siempre por lo mismo: no es posible entenderse sino sobre objetos que caen bajo el dominio de los sentidos.

¿Cómo, me dirán, puesto que es así, habéis podido afirmar que los filósofos se pondrán de acuerdo sobre la existencia del alma?

» Mi respuesta será de las más claras: Se pueden tener pruebas materiales de la existencia del alma». Doctor P. Gibier

Negar los fenómenos espiritistas es recusar todo testimonio humano; se encuentran relatados en la historia de todos los tiempos. Sobre este asunto remitimos al lector a los libros especializados: Lombroso, Hipnotismo y Espiritismo; Dr. Otero Acevedo, Los Espíritus; Bonnemere, El alma y sus manifestaciones a través de la Historia, etc.

Pero solamente en nuestra época se ha empezado a hacer de ellos un estudio científico. Sería un absurdo poner un límite al progreso suponiendo que la naturaleza ha agotado ya todas sus posibilidades y nada nos queda por saber.

Debemos, además, decir bien alto que nosotros somos enemigos del milagro. Leyes tan fijas rigen el mundo de la materia como el del espíritu. El fenómeno espiritista no es una desviación de las leyes naturales, sino la manifestación de un mundo invisible que hoy empezamos a estudiar.

Para la producción de estos fenómenos es necesaria la presencia de ciertas personas que posean una organización especial, que les permita servir de medio de comunicación con los espíritus. De aquí el nombre de médiums con que se conoce a esas personas.

Los médiums no son seres moralmente superiores ni muy inteligentes; son sencillamente organismos aptos para la producción de los fenómenos espiritistas. Los grandes médiums son muy raros.

Ignoramos el papel que desempeña el médium, aunque suponemos que presta su fluido vital o fuerza psíquica, por el extremo cansancio y agotamiento nervioso en que queda después de algunas sesiones.

La característica de los fenómenos psíquicos es la inconstancia y la variabilidad. En idénticas condiciones (por lo menos en la apariencia) un día se obtienen cosas extraordinarias y otro día los resultados son casi nulos.

Un grupo de experimentación psíquica debe componerse de pocas personas. Para evitar el agotamiento, las sesiones no deben durar más de una hora ni deben celebrarse más de dos cada semana. Si al cabo de algunas sesiones no se obtuviese nada, debe renovarse, en parte, el personal. Para la obtención de los fenómenos, es indiferente que los experimentadores crean o no crean en la realidad de los mismos; en cambio, es muy necesario que obren seriamente y, sobre todo, que haya armonía moral entre ellos, equilibrio mental y afectivo.

Debe nombrarse entre los asistentes, un director de las sesiones. Nada se obtiene sin ninguno de los experimentadores posee condiciones mediúmnicas; pero éstas no se conocen a primera vista y muchas personas las poseen, en estado latente, no revelándose hasta que se experimenta.

Al referirnos a los fenómenos espiritistas, claro está que hacemos referencia a los fenómenos verdaderos y no a esos pseudo fenómenos, tan frecuentes por la ignorancia y credulidad de muchos espiritistas y que no resisten el examen más superficial ni la crítica más benévola.

Existen multitud de falsos médiums, a quienes toda persona medianamente observadora e instruida en estos asuntos puede fácilmente desenmascarar.

Las manifestaciones diversas de moribundos a sus parientes y amigos (telepatías) han sido admirablemente estudiadas por la Sociedad de Investigaciones Psíquicas de Londres, que ha publicado un libro muy bien documentado, Phantams of the living, traducido al francés con el título de Les hallucinations télépathiques (Alcan, editeur, París). Sobre este mismo asunto Flammarion ha publicado otro libro titulado Lo desconocido (en su traducción española).

Estos hechos son de tradición secular y relativamente frecuentes. Calcula Flammarion que hay por término medio una persona de cada veinte que ha observado por sí misma algún fenómeno extraordinario, coincidiendo con la muerte de un amigo o un ser querido, o ha oído referir un hecho análogo. En un buen número de casos ha habido varios testigos. En algunos un animal presente (perro, gato, caballo), ha manifestado síntomas de terror. Estas dos circunstancias y la coincidencia indicada desvanecen la hipótesis de una alucinación.

Los raps constituyen el fenómeno más sencillo entre los de orden físico. Se oyen en el techo, suelo, pared, muebles, etcétera; ya cerca, ya a gran distancia del médium y de los asistentes. Algunas veces son ruidos poco perceptibles y otras veces golpes violentísimos y repetidos. Contestan inteligentemente a las preguntas que se hacen. Puede adoptarse un lenguaje convencional por medio de golpes, por ejemplo, dos golpes significan sí, uno no, etc.

Después de los raps vienen en orden de frecuencia e importancia los de telequinesia, movimientos de objetos sin contacto con el médium y con los asistentes (a menudo a bastante distancia) o con un contacto insuficiente para explicar el hecho.

Los efluvios luminosos que algunas veces se observan en las sesiones espiritistas, tienen generalmente apariencia nebulosa y son de un color blanquecino. Son poco visibles cuando el médium está enfermo o fatigado. Los raps telequinesia y fenómenos luminosos están muy bien descritos en la obra de Maxwell Les phénoménes psychiques (F. Alcan, editor, París).

Entre los fenómenos de orden físico, el más importante y trascendental es la materialización (teleplastia).

Consiste en la materialización, en la presentación de fantasmas visibles, tangibles y fotografiables; esto último excluye la hipótesis de una alucinación punto

Este fenómeno admirable ha sido observado por hombres tan eminentes como Crookes, Lombroso, Richet, Gibier, Aksakof, Morselli y otros. Es inútil decir que las precauciones han sido excesivas; todo lo que se le puede ocurrir a una persona cualquiera sobre la posibilidad de un fraude o una sugestión, se le ha ocurrido ya a hombres de esa talla intelectual.

Muchas veces empieza el fenómeno por un globo luminoso de contornos indecisos, que se va desenvolviendo hasta formarse una figura.

Muy a menudo las materializaciones no son sino parciales; se presentan bustos, manos, brazos, formas semitransparentes, etc.

La materialización no es una creación momentánea de formas humanas, sacadas de la nada, es una transformación, una transmutación de una forma orgánica en otra. Se produce a expensas del cuerpo del médium que suministra los elementos necesarios, de modo que un cierto grado de desmaterialización del cuerpo del médium es la consecuencia inevitable del fenómeno; la materia nuevamente formada lo es a costa de la antigua, la del médium.

Se ha observado que las impresiones físicas sentidas por la forma materializada repercuten en el médium.

En algunas sesiones han aparecido varios fantasmas a la vez. Se ha dado el caso también de que las formas materializadas hayan sido parientes o amigos de alguno de los asistentes.

Bien conocida es la importancia de la luz; sin ella no se realiza la función clorofílica de las plantas; altera o descompone muchas substancias químicas; mueren expuestos a la luz multitud de microbios, cuya vitalidad es tan sorprendente.

La materialización es la formación momentánea y accidental de un ser vivo, y parece que, por ley natural, todo fenómeno de esta índole se realiza mejor en la oscuridad; la semilla germina en la tierra, el óvulo se desarrolla en la matriz y el huevo bajo la cáscara y en el nido.

Varios investigadores realizaron en Inglaterra el curioso experimento de encender tres mecheros mientras estaba formado el fantasma de Katie King, que se fundió como la cera expuesta al fuego.

Ya en su tiempo advirtió Crookes que cuando la fuerza del médium es poco intensa, debe emplearse una luz débil, (o, por lo menos, de un color rojo). Demuestra la física moderna que los rayos ultravioletas de la luz son abióticos, es decir, destructores de toda vida.

Todos los fenómenos espiritistas de orden físico reconocen una misma causa.

En un primer grado la materialización es invisible (telekinesias, raps, contactos); pero si el ojo nada percibe, la fotografía revela la presencia de formas que realizan los fenómenos.

En un segundo grado tenemos la materialización visible y tangible, pero parcial e incompleta (aparición de manos, bustos, figuras vaporosas, etc.).

En tercer grado tenemos la materialización completa, es decir, una figura humana que no difiere en nada de un cuerpo vivo.

La acción de la luz es en absoluto indiferente cuando se trata de fenómenos de orden intelectual. Pueden compararse entonces las relaciones entre espíritu y médium, a las que existen entre hipnotizador e hipnotizado.

Muchos fenómenos son producidos exclusivamente por la fuerza psíquica del médium. No obstante, en otros se revela hasta la evidencia, una personalidad extraña a las que toman parte en la sesión. Aksakof propone llamar animistas a los primeros, dejando el nombre de espiritistas a aquellos en que interviene una entidad espiritual.

Se funda dicho autor, en su ya clásica obra, para admitir dicha intervención, en los fenómenos siguientes.

Manifestaciones contrarias a las convicciones, carácter o sentimientos del médium. Manifestaciones que están por encima del nivel intelectual del médium. Mediumnidad de niños y bebés. Médiums parlantes de lenguas que les son desconocidas. Identificación de la personalidad de un difunto por la comunicación de hechos que sólo él podía comunicar o bien por hacerlo en su lengua materna, desconocida del médium.

Existe una famosa médium norteamericana, la señora Piper, cuya mediumnidad, que pertenece al grupo de las llamadas «intelectuales», ha sido estudiada por varios sabios ingleses y norteamericanos, figurando entre ellos el eminente psicólogo Myers, el célebre físico Lodge; Hislop, profesor en la Universidad de Columbia (Nueva York), y el profesor William James, de la Universidad de Harward.

Las personas consultantes han sido introducidas ante la médium, sin que ésta lo supiera de antemano y muchas veces con nombre supuesto.

Los espíritus se han identificado, empleando las mismas expresiones comunes que usaban en vida y dando toda clase de detalles íntimos.

Recomendamos a nuestros lectores la obra francesa (extracto de la inglesa) que trata de esta médium, Madame Piper et la Societé anglo-américaine pour las recherches psychiques, por M. Sage. Leymarie, editor, Rue Saint Jackes, 42, París.

Merece también especial mención la médium Elena Smith estudiada por Flournoy, profesor de psicología en la Universidad de Ginebra.

La médium, durante una temporada, estuvo hablando correctamente el sanscrito (estaban presentes sabios hindúes) y dio detalles históricos sobre la India, que no se encuentran en diccionarios ni enciclopedias, y que sólo después de largas y pacientes. investigaciones, comprobó Flournoy que eran verdaderos.

Además, identificó a varios muertos (desconocidos para ella), dando detalles íntimos y presentando su misma escritura.

La célebre médium Mme. E. d’Espérance fué sometida a un completo interrogatorio científico. Las preguntas que se le hicieron versaban sobre  Acústica, Música, Anatomía, Óptica, Botánica, Electricidad etcétera, y debían ser contestadas en el acto.

Mr. Barkas, profesor de Geología de Newcastle, que fue uno de los consultantes, dice que nadie en Inglaterra, sin previa  preparación, podría hacer lo mismo.

Dice. Lombroso, respecto a la  médium  napolitana Ensapia Palladino, que es analfabeta.

«Me parece interesante notar también el hecho de que, lo mismo en Milán que en  Nápoles  y en  Turín, John, (el espíritu guía de la médium), contestaba inmediata y preferentemente en inglés, idioma que no era  comprendido  más  que por uno de los asistentes y totalmente ignorado por la médium».

«En una sesión casa del duque de los Abruzos, una mesa marcó la marcha real italiana».

Wallace, relatando los trabajos del juez Edmons sobre el Espiritismo, escribe:

«Su propia hija se convirtió en médium».

«No conocía otro idioma que el suyo, salvo una ligera tintura de francés adquirida en el colegio. Ahora, ha conversado de ordinario en nueve o diez lenguas diferentes, frecuentemente durante una hora entera, con la soltura y la facilidad de una persona que hablase su propio idioma».

Dice Flammarion, relatando sus propias experiencias.

«Suenan golpes sobre la mesa, contra las paredes.

«Estos golpes dictan palabras, frases, muchas veces con la más extravagante fantasía. Véase una frase que me fue dictada por medio de golpes:

«Erdnerpmoc ed simrep erocne sap tse suov en li’uq snoitseuq sed ridnoforppa ruop tirpse’l sap zetnemruot suov en».

»Pregunto al desconocido qué significa ese enigma. Y él me responde: «Lee al revés».

»Ne vous tourmentez pas l’esprit pour  approfondir des questions qu’il ne vous est pas encore permis de comprendre». (No se esfuerce en profundizar cuestiones que no le está permitido comprender todavía):

En la nota presentada a la «Sociedad. Británica de Investigaciones Psíquicas» por· Sir Oliver Lodge, rector de la Universidad de Birmingham y campeón de la ciencia contemporánea, participa el resultado de ensayo efectuados por él mismo; ha logrado obtener comunicaciones de los espíritus de Edmund Gurney, Richard Hodgson y Frederic W. H. Myers, miembros que fueron de la citada Sociedad (Los citados señores habían manifestado en varias ocasiones que si el alma sobrevive al cuerpo, harían cuanto les fuera posible, desde el otro mundo, para probar la realidad de esa nueva forma de existencia).

Lodge ha conseguido que un mismo espíritu se manifieste por medio de varios «médiums» colocados de manera que no puedan tener ninguna comunicación entre sí; y que las comunicaciones dictadas constituyan reunidas un discurso seguido.

Ha obtenido también muchos detalles íntimos que sólo los difuntos podían conocer.

Téngase presente que los espíritus conservan después de la muerte sus imperfecciones, prejuicios y limitaciones.

Por el hecho de abandonar el cuerpo físico no adquieren la omnisciencia ni la perfección moral.

Suponen los espiritistas y afirman los espíritus la existencia de una envoltura fluídica, que sirve de lazo intermediario entre el espíritu y el cuerpo y que se llama Periespíritu. Se ha llamado también «doble fluídico» porque reproduce todos los caracteres del cuerpo. Es la forma sobre la cual se modela la envoltura carnal. Subsiste después de la muerte.

Este principio intermediario, Cudworth, lo admite con el nombre de mediador plástico; ciertas escuelas médicas con el de principio vital; San Pablo, en sus epístolas, lo llama cuerpo espiritual; Fourier, cuerpo aromal; los budistas, linga sarira; los ocultistas, cuerpo astral.

Los espíritus, rodeados por esa envoltura fluídica, no son, pues, seres vagos. indefinidos, sino individualidades reales, determinadas, circunscritas.

Admitiendo la existencia del periespíritu, nos explicamos: ·la influencia de la voluntad y la imaginación sobre las funciones del cuerpo; el fenómeno consistente en que algunos individuos a quienes se ha amputado un miembro siguen quejándose de dolor en la parte amputada; el porqué los espíritus que se aparecen, se manifiestan con la misma forma que tenían durante su última existencia.

La fuerza psíquica

Los magnetizadores del pasado siglo admitían la existencia en el organismo humano de un fluido que llamaban magnético, cuyo origen está en el fluido universal que lo anima todo, modificado por la naturaleza del hombre; este fluido puede ser emitido al exterior bajo el imperio de la voluntad e invadir otros cuerpos vivos o inertes.

El fluido en cuestión es el mismo que preside a todos los fenómenos de la vida; en el acto de magnetizar a un enfermo hay un verdadero contagio de vida; y la primera condición que ha de tener un magnetizador es una excelente salud.

Algunos modernos hipnotizadores sostienen la misma opinión.

«Mis hipnotizados -dice el doctor Sánchez Herrero- cobran bienestar y fuerza a costa de mi fatiga y extremo cansancio. Ya sé que esto parece cuentos de vieja, pero yo sólo digo en su apoyo al lector: experimenta, estudia y no me juzgues hasta después».

En ideas parecidas está fundada la Gerokómica, que, según el doctor Hufeland, «consiste en proporcionar nuevas fuerzas, en rejuvenecer una persona achacosa y gastada, manteniéndola dentro de la atmósfera vital de otra persona que se halle en todo el vigor de la juventud».

Los efluvios vitales o magnéticos puede ponerlos de manifiesto la placa fotográfica, y, según el doctor Baraduc, cada hombre está rodeado de una nube fluídica que se modifica con sus sentimientos y pensamientos.

El doctor Barety ha consagrado un voluminoso libro al estudio de lo que él llama fuerza néurica radiante, que tiene por, asiento el sistema nervioso y puede irradiar fuera de los límites del cuerpo.

Un sabio alemán, Reinchenbach, llama a este fluido od o fuerza ódica. Dice que hay personas sensitivas que, en la oscuridad, pueden percibir como el od se desprende del cuerpo del hombre y del de los animales, que se hacen para ellas perceptibles en forma de vapores luminosos.

El doctor Luys comunicó a la Sociedad de Biología experimentos suyos, hechos sobre sujetos dormidos por medio del imán, y que han dado resultados parecidos a los descritos.

«La mayor parte de los sonámbulos -dice el magnetizador Deleuze- ven un fluido luminoso que rodea a su magnetizador y sale con más fuerza de la cabeza y las manos».

El fluido magnético se acumula en gran cantidad en el agua, que lo absorbe con mucha facilidad. De aquí el que los baños prolongados y los climas húmedos los debiliten. Son curiosos los experimentos del célebre magnetizador La Fontaine, que regó con agua sola o con agua magnetizada diferentes plantas, notando en el segundo caso un crecimiento más rápido y mayor lozanía.

Esta fuerza es probablemente idéntica a la que pierden los médiums de efectos físicos, después de una larga sesión.

«Después de haber sido testigo del penoso estado de postración en que algunos experimentos han dejado a Mr. Home (el médium), tendido en el suelo, pálido y sin voz, apenas puedo dudar de que la emisión de la fuerza psíquica no vaya acompañada de un consumo proporcional de fuerza vital». William Crookes.

El Dr. P. Gibier, dice:

«He tenido ocasión de ver varias veces en sujetos bien dotados el desprendimiento de esta fuerza y su condensación en pleno día. Yo caracterizaría su aspecto comparándolo al estado vesicular que precede al estado líquido del gas ácido carbónico».

La fuerza magnética, ódica, psíquica, no se halla limitada por el cuerpo, sino que forma una atmósfera fluídica alrededor de él. Probablemente se debe a esto el fenómeno de pensar de pronto en una persona que encontramos, un momento después, y el fenómeno de que una persona que vemos por vez primera nos sea simpática o antipática.

Algunas opiniones

Víctor Hugo. El gran poeta francés, hallándose desterrado en Jersey, fue iniciado en el espiritismo por Mad. Girardin. (Los detalles de esta conversión se encuentran en la obra de A. Vacquerie Les miettes de l´histoire). Véase el siguiente pensamiento sacado de su obra Les Génics (Shakespeare).

«Se han burlarlo del velador que habla y esta burla no tiene fundamento. Burlarse es cómodo, pero no científico.

»Evitar el fenómeno espiritista es hacer bancarrota a la verdad».

Schlaparelli. Reputado sabio italiano, director del Observatorio Astronómico de Milán. Fue uno de los miembros de la Comisión que estudió los fenómenos espiritistas producidos por la médium Eusapia Palladino, y no vaciló en colocar su firma al pie de la reseña hecha por la Italia del Popolo (número extraordinario, 18 de noviembre de 1892).

Dr. Ochorowicz. Profesor de la Universidad de Lemberg, sabio polaco, ha presenciado también dichos fenómenos, haciendo constar su opinión favorable en el Kurjel Warszucashi (Correo de Varsovia) del mes de junio de 1893, y en el Tygodnik Ilustrowany (Gaceta Semanal Ilustrada) del mes de Julio.

Dice: «Cuando recuerdo que leía las obras de Crookes sobre los fenómenos mediúmnicos con sonrisa estúpida, me avergüenzo de mí mismo».

William Crookes. Célebre físico y químico inglés, inventor del radiómetro, descubridor del metal talio y del cuarto estado de la materia, llamado radiante. Sus experimentos han servido de base al descubrimiento de los rayos X.

Consagró cuatro años al estudio de los fenómenos espiritistas con ayuda del médium D. D. Home Refiriéndose a ellos dice en su obra Investigaciones sobre la fuerza psíquica (traducción española):

«Yo no digo que esto sea posible, sino que es».

Augusto de Morgan. Presidente de la Sociedad de Matemáticas de Londres y secretario de la Real Sociedad Astronómica. Ha escrito una obra titulada:

From matter to spirit.

«Los hechos espiritistas -dice- no pueden explicarse por la impostura, la casualidad o el error».

Dr. Charles Richet. Catedrático de la Facultad de Medicina de París. Obtuvo recientemente el premio Nobel.

Ha escrito un prólogo para el libro Hallucinations télépathiques.

«Es la primera vez -dice- que se estudia científicamente la vida futura; negar los hechos que relatamos es condenar la ciencia a la inercia, sustituir el progreso por la rutina».

Se ha traducido al español su libro Fenómenos de materialización.

Victorien Sardou. Este popular dramaturgo francés, fue uno de los más antiguos y entusiastas espiritistas y un notable médium escribiente y dibujante.

Su comedia Spiritisme, es una defensa de nuestra doctrina.

Gladstone. Jefe que fue del partido liberal inglés, eminente orador parlamentario y presidente del Consejo de Ministros.

Gladstone no creyó comprometer su reputación publicando dos cartas favorables al Espiritismo en The Light de Londres (octubre 1879).

«Creo, -dice- que los hechos espiritistas son debidos a fuerzas inteligentes que apenas conocemos».

Zöllner. Profesor de Astronomía de Leipzig. Presidió la comisión de catedráticos alemanes, formada por los doctores Fechner (físico), Weber (ingeniero electricista) y Schreibner (matemático), que estudió los fenómenos producidos por el médium Slade.

Ha escrito una obra espiritista titulada Wissenschaftlische Abhandlungen. Dice:

«He adquirido la prueba de la existencia de un mundo invisible que puede entrar en relaciones con la humanidad». (Se ha traducido al inglés, pero no al francés ni al español. En algunas obras españolas y francesas se encuentran reseñas de los trabajos de Zöllner).

Hyslop. Profesor de lógica en la Universidad de Nueva York.

Cree haber llegado a probar científicamente la existencia de una vida futura. Sus investigaciones espiritistas ocupan muchas páginas de los Proceedings, de la Sociedad angloamericana de investigaciones psíquicas. La curiosa obra francesa Madame Piper contiene un extracto.

Dr. Sánchez Herrero. Catedrático de la Facultad de Medicina de Madrid, autor de la mejor obra sobre Hipnotismo publicada en lengua castellana. En un prólogo suyo a la traducción española de la obra de Rochas La exteriorización de la motilidad, dice:

«Compartir la responsabilidad de semejante libro y aceptar la realidad de tales hechos es afrontar el aterrador fantasma de sonrisa desdeñosa y estúpida, que los niega por sistema».

Dr. C. Lombroso. Famoso antropólogo y profesor italiano de la Universidad de Turín.

Después de muchas vacilaciones para decidirse a estudiar los fenómenos producidos por la médium Eusapia Palladino, los experimentos tuvieron, por fin, lugar en Nápoles.

Ha dejado un libro cuya traducción francesa se titula Hipnotisme et Spiritisme (E. Flammarion, éditeur, París) en que hace profesión de fe espiritista.

Cromwell F. Varley. Ingeniero en jefe de las Compañías inglesas de telegrafía, a quien se debe, el primer cable submarino; miembro de la Sociedad Real; inventor del condensador eléctrico.

Sus cartas sobre los fenómenos espiritistas dirigidas a Tyndall y a Crookes, incitando a estos sabios a estudiar el espiritismo, tuvieron gran resonancia en Inglaterra.

Morselli. Profesor de enfermedades nerviosas y mentales en la Universidad de Génova.

Ha escrito recientemente un libro titulado Psicología e Spiritismo, relatando los fenómenos observados por él con la médium Eusapia Palladino y sosteniendo resueltamente la realidad de estos.

Porro. Director del Observatorio de Buenos Aires; los Curie, descubridores del radium; Amicis y Botazzi, profesores de la Universidad de Nápoles, y otros muchos sabios eminentes, figuran entre los observadores de los fenómenos producidos por la médium Eusapia, fenómeno cuya realidad también garantizan.

Camilo Flammarion. Popular astrónomo francés, que ha consagrado a la doctrina espiritista todo su talento y su vasto saber, como lo prueban sus obras Dios en la Naturaleza, Pluralidad de mundos habitados, Urania, Lo desconocido, etc.

«Asistimos a la aurora de una gran ciencia, decía ante la tumba de Allan Kardec; ¿quién puede prever las consecuencias a que nos conducirá su estudio?».

Hæffler y Goldschmidt.  Flammarion, en una carta dirigida a la Sociedad Dialéctica de Londres, dice: «La hipótesis espiritista ha sido aceptada por muchos distinguidos sabios, entre otros por el doctor Hæffler, el eminente autor de la Historia de la Química y de la Enciclopedia General y por el laborioso trabajador en el campo astronómico Hernan Goldschmidt, quien descubrió 14 planetas (Report on Spiritualism of the London Dialectical Society)».

Dr. Paul Gibier. Distinguido bacteriólogo francés, unos de los discípulos predilectos de Pasteur. Fue comisionado por su gobierno para estudiar la fiebre amarilla en Cuba, el cólera en España y el método experimental en Alemania. Ha muerto siendo director del Instituto Microbiológico de Nueva York.

Deja escritas dos obras, Le Spiritisme y Analyse des choses. (Doin, editeur, París.).

«Cuando un hecho existe -dice al final de su primera obra- todos los hombres juntos no podrían lograr que dejase de ser».

Se ha traducido al español su folleto Psicología Experimental.

Rusell Wallace. Notable naturalista inglés, que fue premiado con Darwin por descubrir al mismo tiempo los dos la teoría de la selección natural. Presidente de la Sociedad Antropológica de Londres.

Ha escrito dos obras, traducidas al castellano, tituladas Defensa del Espiritismo y Los milagros y el Espiritismo.

«Yo era materialista, dice, pero los hechos son cosas incontestables y ellos me vencieron».

Barkas. Sabio inglés, profesor de Geología en Newcastle. Consagró ocho años al estudio de los fenómenos espiritistas y relata sus experimentos en una obra Outliness of investigations into modern spiritualism.

«He madurado bien mis convicciones -dice- creo que los hechos espiritistas, no explicables por la física ni por la fisiología, son debidos a agentes invisibles e inteligentes cuya naturaleza desconocemos».

Humphry Davy. Eminente químico inglés. Descubrió el potasio, sodio, calcio, bario y estroncio. Demostró que el cloro y yodo son cuerpos simples, inventó su célebre lámpara para los mineros.

Murió en 1820, antes de que naciese el Espiritismo. Y sin embargo, en su libro Últimos días de un filósofo (traducción española) sostiene los tres principios fundamentales de la moderna doctrina espiritista: pluralidad de mundos habitados, pluralidad de vidas, existencia de un cuerpo fluídico o periespíritu.

Alejandro Humboldt. Este célebre naturista alemán, invitado a dar su opinión en presencia del rey Guillermo IV sobre ciertos fenómenos espiritistas, pronunció las siguientes palabras: «los fenómenos no se pueden negar; toca ahora a la ciencia explicarlos». (citados por Lapponi).

Dr. Lapponi. Médico de los papas León XIII y Pío X. Su libro Hipnotismo y Espiritismo ha sido publicado en español por la casa Bailly Bailliere.

Refiriéndose a los fenómenos espiritistas dice que es un absurdo suponer que tantas personas eminentes de todos los países hayan sufrido las mismas alucinaciones o se hayan puesto de acuerdo para decir las mismas mentiras.

Conde Aksakof. Consejero de estado del emperador de Rusia y uno de los hombres más ilustrados de su país.

Fue redactor jefe del periódico espiritista Psichische Studien.

Ha muerto dejando escrita una voluminosa obra Animismo y Espiritismo (traducida al español).

Wagner y Butlerow. Catedráticos de la Universidad de San Petesburgo. Formaron parte de la comisión de profesores rusos que, en 1875, presidida por Mendeléyev, estudió los fenómenos espiritistas.

Algunos de sus experimentos están consignados en la obra de Aksakof.

Edisson. El célebre electricista norteamericano, al adherirse al Congreso de Investigaciones psíquicas celebrado en Chicago durante la última Exposición, ha escrito al doctor Coues, presidente del mismo, lo siguiente:

«El Congreso será sin duda provechoso para los intereses del Espiritismo, porque en él resultará que lo verdadero y lo falso contribuirán por igual a hacer luz en el asunto. Será el bienvenido para los espiritistas, porque su insuperable filosofía se hará patente».

Oliver Lodge. Célebre físico inglés y rector de la Universidad de Birmingham.

Presidiendo la reunión anual de la Asociación Británica para el progreso de las ciencias (año 1913) ha dicho:

«La ciencia podrá probar, en breve y con plena satisfacción de los más escépticos, que inteligencias desencarnadas pueden, en determinadas circunstancias, comunicar con los vivos».

Ha escrito una obra traducida al francés con el título de La survivance humaine (F. Alcan, éditeur, París).

Institut Psychologique. (rue de Condé, 14, París). Del reglamento de esta importante sociedad copiamos los siguientes párrafos:

«Sabido es con qué curiosidad inquieta y apasionada han sido acogidos los hechos recientemente relatados de sugestión mental, telepatía, lucidez, mediumnidad, levitación y todas las observaciones que tienden a hacernos entrever, más allá de las funciones normales y conocidas del espíritu, ciertas facultades psíquicas no sospechadas. Sea cual fuere la opinión que se tenga sobre estos fenómenos (y es difícil en la hora actual formarse una opinión precisa y definitiva), está fuera de toda duda que no conocemos más que una pequeña parte de nosotros mismos, que vivimos en la superficie de nuestra propia persona y que los hechos que emergen en aquellos que permanecen sumergidos en la noche de lo inconsciente.

»En las profundidades de la subconciencia la psicología no ha hecho hasta ahora más que algunos sondeos. Una de las principales tareas de esta ciencia, en el siglo que empieza, será la de someter los fenómenos subconscientes a una investigación metódica y completa.

»Así empezarán a recibir un principio de solución experimental ciertos problemas que hasta aquí pertenecieron a la metafísica pura. Por lo que se refiere a la naturaleza íntima del hombre, a su origen, tal vez a su destino, las discusiones teóricas no nos bastan. Queremos aquella certidumbre que solo puede dar una aplicación rigurosa del método experimental».

Figuran en la lista de socios del Instituto Psicológico los nombres siguientes:

Bourgeois y A. Ribot, expresidentes del Consejo de ministros; Radolin y Nelidof, embajadores de Alemania y Rusia en París; el gran duque Pablo de Rusia; los principes R. Bonaparte, Viasemsky, Karageorgevitch, Borghese, Mouravof, etc.; Curie, el malogrado descubridor del radium; Sully Pruhomme, de la Academia francesa; Cheysson, inspector general de puentes y caminos; Berthelot, Barboux, Giard, de la Academia de Ciencias; Bouchard, Brouardel, D´Arsonval, Gariel, profesores de la Facultad de Medicina de París; Janssen, director del Observatorio de Meudon; Ed. Perrier, director del Museo de Ciencias naturales; Séailles, profesor de filosofía en la Universidad de París; Metchnikof, director del Instituto Pasteur; los siguientes profesores de Universidad: Ferrier y Sully, de Londres; Tamburini y Scossi, de Módena; Betcheref, de San Petesburgo; Yung y Flournoy, de Ginebra; Ochorowicz, de Lemberg; Vogt y Lassar, de Berlín; Lodge, de Birmingham; Dubosi, de Lyon; Istrati de Bucarest; Bernheim y Liébault, de Nancy, etc., etc.

Descargar el folleto en pdf: En la frontera del otro mundo.pdf

Salvador Martín

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