Entrevista a Antonio Piñero

Algunas reseñas biográficas
Antonio Piñero es un eminente catedrático y filólogo español, reconocido internacionalmente por sus investigaciones y publicaciones sobre el cristianismo primitivo y los textos apócrifos del Nuevo Testamento. Nació en Chipiona, Cádiz, en 1941 y desde joven mostró un gran interés por la historia y las lenguas antiguas.
Formación Académica
Piñero estudió Filosofía y Letras en la Universidad Complutense de Madrid, donde se especializó en Filología Clásica. Posteriormente, realizó estudios de doctorado en Filología Bíblica Trilingüe, una disciplina que combina el hebreo, el griego y el latín para el estudio de los textos sagrados. Su tesis doctoral versó sobre la figura del apóstol Pablo y sus cartas, un tema que ha seguido investigando a lo largo de su carrera.
Carrera Profesional
Antonio Piñero ha trabajado como profesor en varias universidades españolas, destacándose su larga trayectoria en la Universidad Complutense de Madrid, donde ha sido catedrático de Filología Griega.
Publicaciones y Reconocimientos
Piñero es autor de más de 30 libros y numerosos artículos académicos. Entre sus obras más conocidas se encuentran «Los cristianismos derrotados«, «El otro Jesús» y «Guía para entender el Nuevo Testamento«. También ha participado en la traducción y comentario de los Evangelios Apócrifos y otros textos antiguos, contribuyendo significativamente a la divulgación de estos escritos en el ámbito hispanohablante.

Además de su labor académica, Piñero es un divulgador apasionado. Ha participado en numerosos programas de radio y televisión, y es un conferenciante muy solicitado. Su capacidad para explicar temas complejos de manera accesible le ha ganado un amplio público, tanto entre especialistas como entre aficionados a la historia y la religión.
Es un honor para el equipo de cursoespirita.com que este destacado erudito, tan reconocido en televisión desde hace décadas, haya tenido a bien no solo concedernos esta entrevista como responder cuestiones que por su vertiente espírita bordean o directamente se saltan de su campo académico.
Entrevista
Históricamente, ¿podemos afirmar que realmente existió Jesús de Nazaret?
Sin duda sí. Con tal de que se distinga entre Jesús de Nazaret y Jesucristo, ya que el segundo, mezcla de personaje histórico y de entidad o creencia teológica, solo existe en la mente de los realmente creyentes.
Como autor de la obra ¿Existió Jesús realmente? En la que se reúnen brillantemente argumentos en pro y en contra, pesan más los argumentos a favor. ¿Qué le diría hoy en día a un negacionista del personaje histórico de Jesús para tratar de convencerlo de su existencia?
Los evangelios son infalsificables. Si se borraran en la Inteligencia artificial todos los datos respecto a ellos y el cristianismo de los primeros siglos, no podrían ser reproducidos. Cuanto más se estudian, parece más imposible cualquier falsificación, es decir, Jesús no es una mera construcción literaria de un personaje inexistente.
Jamás los pragmáticos judíos hubieran seguido hasta la muerte a un constructo literario. Jamás. Quien lo diga no se ha metido en la piel de un judío piadoso del siglo I en Israel. El mesías tenía que ser palpado, oído, seguido, tocado y apretujado por las gentes.
La figura de Jesús puede variar hasta el infinito dependiendo del prisma religioso que la contemple. Ante ello usted en algún debate ha explicado que la figura de Jesús solo se puede comprender por aquella persona que estudie profundamente la sociedad, la política, la religión y la economía de la Palestina del siglo I. Algo que usted ha llevado a cabo con sobrado reconocimiento, por lo que nos gustaría que respondiese sin temor a explayarse, ¿quién fue Jesús?
Un artesano galileo. Robando tiempo al sueño, se hizo un experto en la Ley. Fue un maestro y un didacta muy bueno. Fue también un carismático; sanador y exorcista. Siguió a Juan Bautista y, tras formar su propio grupo, se creyó el profeta final de la historia del mundo. Fue un judío integral que no quiso más que purificar su religión. Proclamador de la llegada inminente del reino de Dios en Israel, al final de su vida, probablemente empujado por sus seguidores se consideró mesías, rey, libertador de Israel con la ayuda absoluta de Dios, no con un ejército humano.
Hay muchas facetas o aspectos de la vida de Jesús que nunca podremos conocer. Lo cual ha podido tener sus ventajas para que nos enfocásemos en sus enseñanzas y no en otras cuestiones triviales, sin que por ello podamos evitar sentir curiosidad sobre muchas cuestiones biográficas como, por ejemplo, ¿es más probable que tuviese pareja o todo lo contrario?
No lo sabemos. Nada de nada. Lo más probable es que, si la tuvo, durante su ministerio público ni él ni sus seguidores, los Doce y otros colegas, viajasen a pie por Israel con sus mujeres.
¿La primera aparición fue a Pedro, a Santiago o a María Magdalena?, si tuviese que inclinarse por uno, ¿por quién sería y por qué?
No lo sé. Las apariciones no pertenecen a la historia, sino a la teología. Y “la teología pertenece a la literatura fantástica. Es la perfección del género” (J. L. Borges)1
¿Jesús en sus prédicas y viajes solía estar acompañado por mujeres a pesar de las costumbres de la época?
Parece que sí. Véanse Lucas 8,3 y Marcos 15,40. Ciertamente le ayudaban con sus dineros. Con qué frecuencia viajaban juntos no lo sabemos.
¿Qué textos o evangelios son más fidedignos y cuál sería su origen?
La denominada Fuente Q y el Evangelio de Marcos. No conocemos el origen del Evangelio de Marcos. Debió de tener varias ediciones. No fue la misma la que tuvo delante Mateo y la que utilizó Lucas. Quizás tuvo tres ediciones y la última fue escrita, en griego naturalmente, para los cristianos gentiles de Roma.
Como autor de la obra Todos los evangelios que como su nombre indica contiene todos los evangelios, tanto canónicos como apócrifos, ¿cuál o cuáles de los apócrifos consideraría de obligado estudio?
Solo uno: el Evangelio de Tomás gnóstico. No confundir con el “Pseudo Tomás, filósofo israelita”, que es un evangelio de la infancia.
Ya hubiese o no resucitado, ya hubiese aparecido x número de veces, ¿qué pudo suceder con el cuerpo de Jesús, desde el punto de vista histórico, tomando en cuenta los textos?
Pues que… los romanos sabían matar muy bien y, en especial, cuando en tiempo de la Pascua querían dar un escarmiento con la muerte no de uno, sino de tres sediciosos contra el Imperio. Si hacemos caso a Hechos 13,27-29, sus enemigos, las autoridades judías, ordenaron el descendimiento y el entierro del cuerpo de Jesús. Sus enemigos no iban a darle un enterramiento honorífico. Imposible. Fue enterrado en una fosa común. No se recuperó nunca el cadáver. Lo de la tumba vacía es una leyenda posterior para defenderse de los ataques de los enemigos (hay consenso sobre esto entre los estudiosos). Al principio, la resurrección de Jesús no se entendió como corporal, sino como exaltación del alma de Jesús al cielo.
Chamanes, curanderos, a lo largo de la historia, muchos han demostrado una especial capacidad para curar ciertas enfermedades o alejar espíritus malignos, y en particular Jesús fue alguien superlativamente capacitado para estos menesteres paranormales. ¿Eran comunes este tipo de fenómenos en los primeros siglos y antes de la llegada de Jesús o al igual que hoy no dejan de ser raros y excepcionales?
Jesús fue ciertamente un sanador y exorcista carismático. Lo reconocieron incluso sus enemigos que atribuían su poder a alianza con el Diablo. En la época de Jesús hay por lo menos dos rabinos, o maestros de la Ley, que tenían poderes especiales: Rabí Honí, el trazador de círculos. Y Rabí Haniná ben Dosa que hacía curaciones.
¿Eran los apóstoles iletrados, tendrían algo en común más allá de seguir a Jesús? Como posteriormente demostrarían tener capacidades paranormales, a veces nos preguntamos si lo que tendrían en común no sería eso precisamente
No eran iletrados. Y conocían bien las Escrituras. Que hicieran milagros como Jesús es ciertamente legendario.2
¿Podríamos decir que Sócrates fue un precursor de las ideas de Jesús y como él también tuvo ciertas capacidades paranormales?
Nadie habla respecto a Sócrates de capacidades paranormales. Sócrates fue un filósofo básico en la historia de la filosofía. Su parecido con Jesús se debe al interés por el ser humano y por su comportamiento o ética en su vida y en su actuación como ciudadano. No es estrictamente ningún precursor de Jesús. Solo que en algunos aspectos tienen ideas parecidas en lo moral.3
La mayor parte de las ideas de Jesús no eran nuevas y efectivamente muchas de ellas las encontramos entre los que podríamos denominar sus precursores. Teniendo en cuenta solo la enseñanza moral de Jesús, sus parábolas, la pedagogía que emplea, ¿podríamos concluir que Jesús, inspirado o no por lo divino, con o sin misticismo, con o sin capacidades paranormales, misionero o no de Dios, era cuando menos un genio fuera de lo común?
Por lo menos si no fue un genio, sí fue un hombre muy crítico, y muy inteligente, pero a la vez muy religioso que creía en Dios y en las Escrituras firmemente. Si fue “fuera de lo común”, no sabría decirlo, ya que su enseñanza es típicamente judía y tiene paralelos notables con otros judíos igualmente religiosos. No creo que Jesús fuera especialmente original, sino que intentó ir al fondo, a la esencia de la ley de Moisés, no a las superficialidades.
No le creo. Tal idea se ha obtenido, correctamente sin duda, del capítulo 4 de Marcos. Pero es imposible aceptar lo que dice Marcos en ese cap. 4, pues es una idea que choca frontalmente con su misión a todo el pueblo de Israel. Jesús no era predestinacionista como los esenios, sino que deseaba que todo el pueblo lo entendiera, se moviera al arrepentimiento y se preparara para entrar así, cumpliendo la Ley, en el inmediato reino de Dios sobre la tierra de Israel. La llegada de este Reino sería, según Jesús a lo largo de su generación.4
¿No incluiría esa doctrina más secreta por ejemplo la idea de la pluralidad de las existencias, también abogada por Sócrates? Cuando Jesús habla con Nicodemo y le expresa que para alcanzar el reino de los cielos necesita nacer de nuevo, y se extraña que siendo maestro de Israel no sepa eso. O ¿por qué atribuirían los discípulos a un pecado anterior al nacimiento de un ciego? Juan 9:2. Juan Bautista sería el Elías que había de venir, vino y no le reconocieron… de lo que podríamos deducir literalmente que Juan Bautista y Elías eran la misma persona, que Juan Bautista podría pues, ser el propio Elías reencarnado.
De ningún modo. No sabemos de Sócrates que creyera en la pluralidad de existencias. No se puede hacer caso al Evangelio de Juan porque es puramente teológico. Presenta a otro Jesús muy distinto al de Marcos, Mateo o Lucas. No pudieron existir dos jesuses tan diferentes.
Nacer de nuevo, se refiere a la conversión interior. Lo del pecado, cuyas consecuencias se pagan de generación en generación, fue discutido y negado ya seriamente en los profetas, Ezequiel sobre todo después del Exilio.
No puede entenderse que Juan Bautista y Elías fueran la misma persona. De ningún modo es ese el pensamiento judío, a pesar de que Herodes Antipas pudiera pensarlo (Marcos 6.14-16). Ya dese el libro de los Números 11,17 (el espíritu de Moisés pasa a 72 ancianos) que se convierten así en sus ayudantes / Eliseo recibe el espíritu de Elías (2 Reyes 2,15). No hay reencarnación en el judaísmo. Mi departamento ha escrito un libro, que creo importante, sobre la reencarnación en el mundo antiguo. Consulte en Internet: Bernabé- Santamaría-Kahle (eds.), Reencarnación. Editorial ABADA, Madrid.5
¿Hay documentación histórica, (Orígenes), que avalase que, en los primeros años, los seguidores de Jesús creían en la idea de la reencarnación o la pluralidad de las existencias?
Vea el libro citado en la respuesta anterior.6
En los evangelios, incluso canónicos, aparece frecuentemente el fenómeno de aparición o comunicación con los espíritus de los muertos, ¿cuestiones de la fe? ¿leyendas o alegorías? Pero más allá del misterio de si esos fenómenos y apariciones se producían o no, ¿existen datos o referencias de que los primeros seguidores de Jesús llevasen a cabo reuniones de comunicación con los espíritus?
(*Por ejemplo el escritor francés Léon Denis en su obra Cristianismo y Espiritismo refiere el libro del Pastor, de Hermas, que describe sesiones de evocación)
No hay sesiones de espiritismo en el Nuevo Testamento. Lo que hay son apariciones de ángeles y de Jesús, que pueden considerarse espíritus, o incluso fantasmas (Marcos 6,49). Las invocaciones de Saúl a la pitonisa de Endor son muy criticadas en el Antiguo Testamento (1 Samuel 28,7y ss), pero el texto da a entender que el pueblo creía en los espíritus.
Naturalmente en gran parte sí. Pero no creo en eso que usted dice “no tiene más templo que la naturaleza”. Jesús nunca se opuso directamente al culto del Templo. Quiso que fuera correcto (Marcos 11 y paralelos). Nadie se juega la vida para intentar purificar algo en lo que no cree. Vea Marcos 1,44.
No sé si cae usted en la cuenta de que todo lo que usted dice que se hace por Jesús pueden afirmarlo exactamente igual los mahometanos que creen firmemente en el islam. Exactamente. Todo eso se hace por la fe islámica. Luego usted tendrá que decir (y en el fondo los islámicos están de acuerdo porque para ellos Jesús es el máximo profeta, preparatorio pera Mahoma, el máximo a excepción de Mahoma que es el “súper máximo”). Y –repito– si es así, usted tendrá que decir: “Mahoma es divino y ha sido enviado por el creador del universo”. Pero eso no lo pueden afirmar los cristianos.7
Para ampliar todas estas informaciones si tuviese que recomendar uno de sus libros a nuestros lectores, ¿cuál sería?
La “Guía para entender el Nuevo Testamento”, de 2006, edit. Trotta, Madrid, que va por la sexta edición contando la electrónica.
Salvador Martín
Las notas son en su totalidad de Curso Espírita, algo también indicado en cada una de ellas, siguen al final y separadas para distinguirlas claramente del pensamiento y respuestas del entrevistado al que agradecemos profundamente su colaboración.
Notas
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Para muchos de los seguidores y las diferentes corrientes cristianas las apariciones de Jesús a sus discípulos después de su muerte son fundamentales, ya que confirman la resurrección de Jesús y fortalecen la fe de sus seguidores. Estos pasajes mostrarían el poder de Jesús sobre la muerte.
- Mateo 28:1-10: Aparición de Jesús a María Magdalena y la otra María tras su resurrección.
- Marcos 16:1-8: Relato de la resurrección de Jesús y el descubrimiento de su tumba vacía por María Magdalena, María la madre de Santiago y Salomé.
- Lucas 24:13-35: Aparición de Jesús a dos discípulos en el camino a Emaús y el reconocimiento de Jesús al partir el pan.
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El nuevo testamento está repleto de lo que nosotros los espíritas no llamaríamos milagros si no hechos de la naturaleza poco comunes y fruto además del poder de la fe, del magnetismo y/o ciertas capacidades mediúmnicas.
Hechos 3:1-10 – La curación del cojo por Pedro
Hechos 5:12-16 – Milagros a manos de los apóstoles
Hechos 9:32-35 – Pedro sana a Eneas
Hechos 9:36-42 – La resurrección de Tabita
Hechos 14:8-10 – Pablo sana a un cojo
Hechos 16:16-18 – Pablo expulsa un espíritu
Hechos 20:9-12 – La resurrección de Eutico
Nota de Curso Espírita
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Sócrates, el célebre filósofo ateniense del siglo V a.C., es conocido por su método de enseñanza a través del diálogo y su profunda influencia en la filosofía occidental. Uno de los aspectos más enigmáticos de su vida y pensamiento es su relación con el «daimon», una especie de guía espiritual o voz interior que, según Sócrates, le hablaba y le aconsejaba sobre aspectos éticos y morales. El término «daimon» en la antigua Grecia no tenía el mismo significado que «demonio» en la actualidad. Para los griegos, un daimon era un ser divino o espiritual intermedio entre los dioses y los humanos. En el caso de Sócrates, su daimon era un espíritu protector o una voz interior que le advertía sobre lo que no debía hacer, pero nunca le ordenaba qué acciones tomar.
Sócrates mencionaba frecuentemente a su daimon en sus diálogos, y sus contemporáneos lo veían como una figura mística por esta razón. Según los relatos de Platón, Sócrates describía a su daimon como una voz que se manifestaba de manera negativa, es decir, le impedía realizar ciertas acciones que podrían ser injustas o dañinas. Esta guía moral fue considerada por Sócrates como una señal divina de los dioses que lo ayudaba a mantenerse en el camino de la virtud.
Uno de los momentos más famosos en los que el daimon de Sócrates intervino fue durante su juicio. Platón relata en «Apología de Sócrates» que, a pesar de estar en una situación de vida o muerte, el daimon de Sócrates no le advirtió en contra de su defensa, lo que Sócrates interpretó como una señal de que debía aceptar su destino con dignidad. Esta intervención fue vista como una reafirmación de su compromiso con la verdad y la justicia, independientemente del resultado.
El daimon de Sócrates ha sido objeto de numerosas interpretaciones a lo largo de la historia. Algunos filósofos y estudiosos lo ven como una manifestación de la conciencia moral de Sócrates, una intuición ética que guiaba sus acciones. Otros lo interpretan como un símbolo de su profundo sentido religioso y su conexión con lo divino. En la psicología moderna, el concepto del daimon se ha comparado con la voz de la conciencia o la intuición, aspectos de la mente que nos guían en la toma de decisiones morales.
Para los espíritas ese diamon encajaría perfectamente dentro del concepto de guía espiritual, del que consideramos un misionero por la gran importancia e influencia que este filósofo ha ejercido en el pensamiento humano. Y el hecho de que Sócrates escuchase a su diamon de una forma más patente que la de una sutil inspiración nos indicaría que el gran filósofo pudo, efectivamente, ser un médium.
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En las parábolas que Jesús compartió, el reino de Dios es comparado con procesos naturales de crecimiento, como la semilla que brota y crece sin que el hombre sepa cómo. Estas parábolas sugieren que el reino de Dios se manifiesta de manera gradual y continua, como el grano de mostaza por pequeño que sea. Dudamos pues seriamente que Jesús pensase traer «el reino de Dios» a lo largo de su generación, lo cual evidentemente requeriría y requerirá numerosas generaciones, más evolución intelectual y moral de la humanidad. Prueba de ello puede ser también que el nuevo testamento evidencia que ni los suyos terminaban de comprenderlo, y tampoco intelectuales como Nicodemo.
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Entre los muchos temas que Sócrates abordó, la metempsicosis, reencarnación o transmigración del alma es uno de los que si no directamente si refiere tangencialmente en sus diálogos.
Sócrates ofrece varios argumentos a favor de la inmortalidad del alma. Entre ellos, menciona la teoría de la reminiscencia, según la cual el conocimiento es en realidad un recuerdo de experiencias pasadas del alma. Esto implica que el alma existía antes de nacer en un cuerpo y que continuará existiendo después de la muerte.
Uno de los diálogos más destacados al respecto:
Fedón: Sócrates, ¿cómo es posible que el alma exista antes de nacer en un cuerpo?
Sócrates: Fedón, te explicaré la teoría de la reminiscencia. ¿No crees que cuando aprendemos algo, en realidad estamos recordando lo que ya conocíamos en una existencia anterior?
Fedón: ¿Puedes darme un ejemplo?
Sócrates: Claro. Considera cómo los niños pequeños, sin haber recibido instrucción, pueden resolver problemas matemáticos complejos. ¿No es esto una prueba de que el conocimiento ya estaba en sus almas antes de nacer?
Fedón: Sí, eso parece lógico. Pero, ¿cómo recordamos esos conocimientos?
Sócrates: Cuando percibimos algo a través de los sentidos, como la igualdad de dos objetos, nuestro alma recuerda la idea de igualdad que conoció antes de encarnarse en un cuerpo. Así, todo aprendizaje es un proceso de recordar lo que el alma ya sabe.
Fedón: Eso implica que el alma es inmortal y sigue existiendo después de la muerte del cuerpo.
Sócrates: Exactamente, Fedón. El alma no sólo existía antes de nuestro nacimiento, sino que también continuará existiendo después de la muerte, llevando consigo los conocimientos adquiridos en vidas anteriores.
Por otra parte nosotros pensamos que la idea de la reencarnación sí está presente y clara en muchas de las palabras de Jesucristo
“Cuando descendieron del monte [después de la transfiguración], Jesús les mandó, diciendo: No digáis a nadie la visión hasta que el Hijo del Hombre resucite de los muertos. Entonces sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero? Respondiendo Jesús, les dijo: Es cierto que Elías debe venir y que habrá de restaurar todas las cosas. Pero yo os digo: Elías ya vino y no lo reconocieron. Así también padecerá el Hijo del Hombre. Entonces los discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el Bautista”. San Mateo, Cap. 17: 9 a 13.
Si efectivamente Juan el Bautista era Elías, hubo, por tanto, reencarnación del Espíritu o alma de Elías en el cuerpo de Juan el Bautista.
Es muy explícito en este pasaje.
“Respondió Jesús [a Nicodemo] le dijo: En verdad, en verdad te digo que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y volver a nacer? Respondió Jesús: En verdad, en verdad te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, Espíritu es. No te asombres cuando te digo: Os es necesario nacer de nuevo”. Evangelio de San Juan. Cap. 3:3 a 7
Nota de Curso Espírita
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Orígenes de Alejandría, uno de los primeros y más influyentes teólogos cristianos, vivió entre los años 184 y 253 d.C. Es conocido por su pensamiento teológico profundo y sus contribuciones a la exégesis bíblica. Entre sus numerosas obras y enseñanzas, una de las más debatidas es su postura sobre la reencarnación. Que encontramos principalmente en su obra «De Principiis» (Sobre los Principios), donde explora la naturaleza de las almas y su relación con Dios. Orígenes argumenta que las almas pueden, a través de múltiples vidas y experiencias, purificarse y regresar a su estado original de pureza.
Aunque Orígenes no usa explícitamente el término «reencarnación» como se entiende en algunas tradiciones orientales, su enseñanza sobre la preexistencia de las almas y su posibilidad de encarnar en múltiples cuerpos sugiere una forma de reencarnación. Orígenes indica que las almas pueden moverse de un cuerpo a otro, dependiendo de su comportamiento y logros espirituales en vidas anteriores.
En su interpretación de las Escrituras, Orígenes encontró justificación para su doctrina en pasajes como Juan 9:2, donde los discípulos de Jesús preguntan si un hombre nació ciego debido a sus propios pecados o a los de sus padres, implicando la posibilidad de que el pecado pudiera haber ocurrido en una vida anterior.
Las enseñanzas de Orígenes sobre la preexistencia y la reencarnación fueron controvertidas y no fueron aceptadas universalmente en la Iglesia primitiva. De hecho, en el Segundo Concilio de Constantinopla en 553 d.C., varias de sus doctrinas, incluida la preexistencia de las almas, fueron condenadas como herejías. Esta condena resultó en una disminución de la influencia de Orígenes en la teología cristiana posterior, aunque sus ideas continuaron siendo discutidas y analizadas por teólogos y estudiosos.
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Los espíritas pensamos que Jesús ha tenido sus precursores y profetas, dentro y fuera del cristianismo, y por eso encontramos enseñanzas morales muy similares en todas las religiones. El objetivo último no es estar o ser de tal o cual religión, es el progreso moral del ser humano.