Entrevista al Dr. Manuel Sans Segarra

La medicina ante el enigma de las experiencias cercanas a la muerte

Las Experiencias Cercanas a la Muerte, las ECMS son un fenómeno que está ocurriendo habitualmente en nuestros hospitales y qué pasa casi desapercibido para los profesionales sanitarios. De hecho, muchos de ellos ni siquiera saben en qué consiste.

Está ocurriendo en las Ucis, en las unidades de Cardiología, en las unidades de urgencias, quirófanos, etcétera.

Y se sabe que impacta de una forma intensa y duradera en la psicología de los pacientes que las viven. Incluso por encima de fenómenos mejor conocidos y atendidos como el síndrome post UCI por ejemplo.

Es sorprendente que un hecho hospitalario de esta importancia para los pacientes, como ellos mismos confiesan, no haya despertado la curiosidad científica y las ganas de abordarlo, clínica y asistencialmente, de casi ningún profesional en España.

Afortunadamente hay excepciones visitamos al doctor Manuel Sans Segarra en su domicilio de Barcelona. Uno de los escasos médicos que sí han prestado atención a este apasionante fenómeno.

El doctor Sans ya está jubilado y no es un médico más, ha sido durante muchos años jefe del servicio de cirugía general y digestiva del hospital de Bellvitge, en Barcelona, un hospital de nivel 3. Es autor de 92 publicaciones médicas, un libro sobre cáncer de páncreas exocrino y 5 capítulos más en otros tantos libros. Y hoy día sigue muy activo dando clases de cirugía en la Universidad de Barcelona, siendo presidente de la sección sénior del Colegio de médicos de Barcelona y representando a los médicos sénior catalanes en la organización médico colegial de España.

Y cómo vamos a ver enseguida ha conservado siempre ese punto de curiosidad e inconformismo que llevan grabado en el ADN todos los grandes científicos.

¿Cómo surgió en usted el interés por las Experiencias Cercanas a la Muerte?

Ya hará aproximadamente unos veintitantos años, unos 22, 23 años atendí en urgencias en el Hospital Universitario de Bellvitge a un paciente que, tras un traumatismo muy grave, hizo un paro cardiorrespiratorio, se le diagnosticó de muerte clínica, fue intervenido, lo recuperamos con medidas de reanimación cardiorrespiratoria, fue intervenido; y en el postoperatorio este enfermó vino y me dijo, dice doctor yo le quería comentar a usted una cosa, situación está que no es la habitual, pero este enfermo espontáneamente me dijo, dice yo en mi estancia aquí no me acuerdo nada, tenía también una conmoción cerebral, dice pero viví una serie de experiencias que nunca había tenido y que me gustaría consultarlas con usted. Entonces fue el primer caso que yo tuve un contacto con el fenómeno que denominamos experiencias cercanas a la muerte, y me contó exactamente las vivencias que coinciden con las experiencias posteriores que yo he tenido con mis enfermos.

Me interesé muchísimo por el tema, tanto que empecé pues a buscar bibliografía, documentarme y hablar con expertos de las distintas ramas que podían tener un nexo de conexión con el fenómeno de las experiencias cercanas a la muerte.

Y entonces precisamente por mi interés y persiguiendo en los casos que suponía que posiblemente podía existir este fenómeno pues interrogaba al paciente y conseguí varios casos; y he conseguido una cierta experiencia, de la cual estoy muy orgulloso y contento porque pienso que he podido ayudar muchísimo a mis enfermos. Y después, desde el punto de vista conceptual, pienso que también para mí ha sido tremendamente positivo.

¿Cuántos casos de ECMS ha conocido usted directamente?

Yo a lo largo de mi vida solo he contado con los casos que yo realmente he vivido personalmente y que he podido. Tengo 5 casos, uno que es incompleto y cuatro que son completísimos. Tres por traumatismo, uno durante una intervención quirúrgica y otro un infarto de miocardio que yo no lo traté pero lo conocía, tuve contactos con él y conseguí que me manifestara y me expusiera también que había tenido experiencias cercanas a la muerte. Oye pero no tuve nada que ver con el servicio Cardiología que es quien lo llevaba. Osea tengo pocos casos porque son única y exclusivamente mi interés personal y son individuales totalmente. En dos ocasiones, el primer caso que he comentado fue él que me dijo que había tenido unas vivencias que realmente le parecía muy raro. Así que buscaba una explicación científica y yo como médico a ver si le podía dar, documentar al respecto. Esto me lo dijo espontáneamente, y después también me lo dijo espontáneamente el paciente que tuvo experiencias cercanas a la muerte, que intervine de un cáncer de esófago, que tuvo. Los demás, al revés, no solo no te lo cuentan sino que hay que conducirlos de una manera, con gran suavidad, con presteza y delicadeza, para que realmente al final cuenten y manifiesten sus experiencias.

Nosotros, los que estamos interesados en este fenómeno pensamos, después hablaremos de la incidencia, pensamos que la incidencia es muchísimo más elevada de la que tenemos nosotros recogidos en los estudios multi céntricos. ¿Por qué? Pues porque pensamos que en muchos casos quieren el anonimato. Porque no se persigue, ya sea el personal médico, no tiene interés en perseguir, ni el de enfermería. El enfermo tiene miedo de contarlo porque no se lo crean o porque le consideren un psicópata. Y por estos motivos pensamos que la incidencia es mucho más elevada, no tenemos pruebas, pero pensamos, y muchos de los interesados coincidimos en esto, que hay casos que pasan totalmente desapercibidos.

¿Podría contarnos en detalle su caso más significativo?

Sí, se trataba de una paciente joven, del sexo femenino, que tuvo un gravísimo accidente de circulación cerca del hospital. La llevaron al hospital y entonces al trasladarla de la ambulancia al servicio de urgencias pues hizo un paro cardiorrespiratorio. Me avisaron enseguida, aquel día estaba yo de jefe de Guardia. Y el diagnóstico de entrada era de muerte clínica, es decir la enferma estaba con paro cardíaco, paro respiratorio, sin reflejos y sin actividad mental. Pusimos rápidamente en marcha, en el servicio tenemos una sala preparada con todos los mecanismos de reanimación cardiorrespiratoria, se hizo todo el tratamiento, conseguimos recuperarlo a los 5 o 6 minutos. El paro estaba provocado por una situación de hipovolemia, de una gran hemorragia interna, lo que llamamos… tenía un hemoperitoneo, es decir una colección importante de sangre dentro de la cavidad abdominal por una lesión intraabdominal. Cuando recuperamos a la paciente, y tuvimos un mínimo de condiciones hemodinámicas aceptables, la pasamos a quirófano. La intervine, efectivamente tenía un hemoperitoneo de más de dos litros de sangre y había una lesión de bazo grave y una lesión de hígado grave. La intervine, una esplenectomía, tuve que extirpar el bazo y hacer una hepatectomía, tuve que extirpar medio hígado. De esta manera controlamos los focos hemorrágicos, la paciente se recuperó, entonces pasó a cuidados intensivos.

Se recuperó de cuidados intensivos, la operaron posteriormente compañeros de trauma porque tenía también dos fracturas en las extremidades. Y entonces ya con mi experiencia sobre las experiencias cercanas a la muerte pensé este caso podría ser un caso idóneo. Aparte de esto pues era una persona que era personal sanitario de nuestro hospital y que nos conocía y tenía el conocimiento sanitario. Y entonces un día pasando visita le dije, usted pues ha tenido un grave accidente y vino aquí y, pues, la recuperamos y, ¿usted durante este intervalo de tiempo que estuvo en un hospital tuvo algún tipo de vivencia o experiencia que saliera de lo de lo normal? Y ella contestó, esto es muy habitual, dice no quiero hablar de este tema. Cuando contestan de esta manera hay que suponer que detrás hay algunas vivencias. Aquel día no comente más y en otra ocasión, siempre solo, es decir sin público delante para no estresar a la paciente, pase por allí y le dije:  mire, usted vino en situación tan crítica que hizo un paro cardiorrespiratorio, le hicimos reanimación del paro cardiorrespiratorio y conseguimos… y ella me contestó bruscamente, dice no es necesario que me cuente nada más porque yo lo vi todo, sé exactamente lo que me pasó. Lo primero que nota la enferma es una salida brusca de su cuerpo y en una situación elevada observó toda la situación de su cuerpo, encima de una camilla y una serie de sanitarios alrededor. Esto le condiciona una gran sensación de sorpresa, no entiende, no sabe qué es lo que está ocurriendo. Ante esta situación ella intentó ponerse en contacto con nosotros por los medios habituales de comunicación, el habla, fue imposible. Entonces se acercó y me intentó tocar, su sorpresa fue inmensa, porque al intentar tocarme pasó a través mío. Yo les puedo asegurar que yo no noté absolutamente nada.

Perdone que le interrumpa, esto que ella contó ¿fue en el momento en el que ella tenía el paro cardíaco?

Ella estaba en este momento estaba en paro cardiaco, estaba yo haciendo masaje cardíaco estaba el anestesista, instrumental, ventilando mecánicamente con oxígeno al cien por cien y el electrocardiograma era plano; es decir que no había actividad cardiaca, no había riesgo en todo el organismo, especialmente en el cerebro.

Esta enferma estaba clínicamente muerta y está enferma en estos momentos, con la objetividad del electrocardiograma plano, ella se puso en contacto conmigo, me tocó y pasó a través mío; y no solo pasó a través mío, sino que después me contó lo que pasaba en la sala anexa.

Teníamos entonces una sala de reanimación de urgencia donde estaban pacientes graves, operados algunos de ellos, que estaban todos monitorizados en la sala de cuidados intensivos, me explico exactamente los enfermos que había, el personal que había. Y más lejos en el servicio de urgencias están los quirófanos de urgencias y me dijo en el quirófano de urgencias estaban operando una fractura de cuello de fémur.

Y después de hablar con ella baje al servicio de urgencias revisaré los ordenadores y exactamente lo que ella me contó en aquellos momentos que estaba clínicamente muerta con el electrocardiograma plano y nosotros con todos los mecanismos de reanimación, lo que ella me contó era exactamente lo que estaba ocurriendo en aquellos momentos.

Después de estos momentos de sorpresa ella dice que empezó a notar una sensación de paz, de armonía, de gozo y contactó con unos seres, dice, ella les llama seres luminosos, de mucha luz que le orientaron y le ayudaron. En aquellos momentos tuvo una sorpresa tremenda, de una gran alegría, contactó con su madre, su madre hacía poco tiempo que había fallecido.

Este fenómeno es frecuente también en la bibliografía mundial, contactar con familiares o personas a las cuales efectivamente estamos muy unidos y fallecidos que las encuentran y tienen un contacto visual con ellas. Y posteriormente refiero lo que dicen todos a través de un túnel, de un puente ella no refirió esto, sino que vio a distancia una zona muy luminosa que le llamó la atención y cuando alcanzó esta zona la sensación de paz, de armonía, de gozo y especialmente de amor, llegó a unos dinteles jamás vivenciados en la dimensión humana.

En aquel momento ella refiere, también es frecuente, como si fuera una pantalla tuvo una visión de toda su vida pasada, presente, y futuro. Esto sí que me dijo que no contara nada, es decir me contó cosas del futuro de su vida. Y, encontrándose en esta situación tan placentera, los seres luminosos le dijeron que tenía que volver a su dimensión humana, reintroducirse en el cuerpo porque no había terminado su ciclo en la dimensión humana. Ella se opuso, esto también es muy frecuente, dice yo no quiero volver, yo me quiero quedar aquí.

Porque después me refiere, dice el auténtico vía crucis y valle de lágrimas está en la dimensión humana. Dice, el otro lado, dice, es algo extraordinario. Pero realmente siguiendo las ordenes entonces reingresó, se introdujo nuevamente en su cuerpo, que a veces es violenta, depende, esto desde el punto de vista cuántico tiene su explicación; depende que haya una sincronía en la frecuencia vibratoria de las ondas electromagnéticas, la entrada puede ser normal o brusca, entró bruscamente en su en su cuerpo. Y esto después lo comentaremos, todas estas vivencias que ella tuvo me las explicó con una vitalidad, con una serenidad que realmente hay que vivenciarlo esto. Ella dijo que realmente esto no tiene absolutamente nada que ver con un sueño sino que es una auténtica realidad y me lo explicó hasta el último detalle. Es decir, se acordaba de exactamente todas las vivencias.

Cuando, después comentaremos, que precisamente una de las zonas más afectadas de falta de riego cerebral es el hipocampo, una zona del sistema límbico del cerebro medio del que corresponde por filogenia los mamíferos, es de los que primero se afectan donde se produce, se almacena la memoria. En cambio tenía una memoria exhaustiva y perfectamente bien definida en cuanto a todos los detalles, los aspectos generales, como también todos los detalles que rodearon a la parte principal.

Ante un fenómeno tan sorprendente y tan complejo como éste surgen preguntas de muchos tipos, a nivel médico, a nivel asistencial, a nivel humano. Empecemos con las preguntas más clínicas.

¿Buscó usted una explicación médica a estos casos?

Lo primero que hice yo es abordar las experiencias por el método científico y entonces método científico dice que esto es un trastorno psiquiátrico, es un trastorno alucinación. Entonces es lo primero que pensé que hay que descartar.

Entonces cogí mis historias y me reuní en el hospital, pues, con los compañeros de servicio de psiquiatría. Había psiquiatras, había psicólogos, comentamos los casos, se los quedaron, los estudiaron y al cabo de unos días nos reunimos nuevamente y entonces me contestaron lo siguiente.

Dice, actualmente en los servicios de psiquiatría vemos alucinaciones, lo diagnosticamos desde el punto de vista psiquiátrico, alucinaciones en pacientes, en los siguientes casos: los drogadictos, tristemente esto es muy frecuente, cada vez más. Dice, pero donde es más frecuente en el brote psicótico, concretamente la esquizofrenia, la esquizofrenia lo más característico es precisamente alucinaciones, ya sean visuales, auditivas. Dice, pero las alucinaciones que vemos en la clínica tienen estas características, en primer lugar, hay los antecedentes, o drogadicción o brote psicótico, que queda clarísimo lo diagnosticamos.

En segundo lugar, cada alucinación es distinta, no hay una alucinación igual de un enfermo con el otro. Y tus enfermos me estás diciendo que todos tienen lo mismo.

En tercer lugar tiene una estructuración que no es lógica, tus enfermos tienen una estructuración muy lógica, van paso por paso. La enferma estaba sorprendida, quería hablar contigo, comunicarte, es decir los pasos que explica tiene una lógica aplastante. Dice, las alucinaciones que vemos en la clínica no tienen ninguna lógica. Tercer lugar, se olvidan enseguida, se olviden de estas alucinaciones el enfermo y los tuyos lo recuerdan al cabo de los años.

Dice, por lo tanto, lo que cuentan tus enfermos no lo podemos cualificar desde el punto de vista psiquiátrico como alucinaciones. Entonces yo les pregunté qué son, dicen no lo sabemos. Pero descartaron totalmente antecedentes psiquiátricos o enfermedad psiquiátrica. Esto es algo distinto, es una cosa distinta, no tiene nada que ver con un trastorno psiquiátrico.

¿En su experiencia, bajo qué situaciones clínicas pueden producirse ECMS?

Cualquier situación de muerte clínica, es decir que condicione un paro cardíaco demostrado con electrocardiograma plano, con un paro respiratorio, es decir una apnea total, que no respira, una reflexia, que no tiene reflejos y después un coma, es decir que no tienen respuesta actividad mental.

Cualquier situación que aboque, orgánica, que aboque a una muerte clínica puede condicionar experiencias cercanas a la muerte. ¿Cuáles son en estos momentos, en nuestra sociedad las causas más frecuentes que abocan a la muerte clínica? Sin lugar a dudas son las enfermedades cardiovasculares, una enfermedad arterioesclerótica. Es decir los accidentes vasculares tanto cerebrales, infartos cerebrales, hemorragias cerebrales, como a nivel coronario, cardíacos, infarto de miocardio, son los más frecuentes. Le sigue en importancia los traumatismos, hoy pues vemos grandísimos traumatismos de circulación, de cualquier tipo, intentos de suicidio. Hay que preocuparse mucho con esto cada vez aumenta más, actualmente se sabe que con la pandemia se han duplicado en nuestro país los suicidios. Y después también por drogas, drogadicción, también esto es frecuente.

Estas son las situaciones que con más frecuencia en nuestra clínica actualmente pues condicionan la muerte clínica. Anestesias también, es decir en el curso de intervenciones por una anestesia si se sobrepasa la anestesia o se produce la profundidad de la anestesia o se produce una hemorragia peroperatoria como fue el caso mío, pues entonces esto también induce, el curso de anestesia, drogas y anestesia.

¿Qué incidencia cree usted que tiene este fenómeno en la actualidad

Evidentemente para saber la realidad sobre la incidencia de las experiencias cercanas a la muerte en pacientes diagnosticados de muerte clínica, es necesario recoger mucha casuística y esto solo es posible con estudios prospectivos multi céntricos, es decir que intervengan muchos hospitales.

Tenemos un ejemplo clarísimo y muy bueno que es el de Pim van Lommel. Pin van Lommel es un cardiólogo holandés que hizo un estudio multi céntrico a partir del año 2001 y llegó a recoger 344 casos de muertes clínicas, la mayoría cardíacas, del servicio de cardiología. Entonces él miró la incidencia y tenía una incidencia aproximadamente un 16%. Después hay otro estudio interesante también, en Estados Unidos de 116 casos y da una incidencia del 18%. Y después hay un estudio inglés de 39 casos que habla de un 23%. Estamos alrededor del 20%, 18, 22%, es decir alrededor de un 20%.

De todas maneras, lo que hemos comentado antes, pensamos, los que estamos motivados, que muchos casos pasan desapercibidos, van al olvido, que la incidencia es mayor. Porque después se hizo este estudio norteamericano y hablaban, preguntando a la gente normal si habían tenido y llegaban alrededor, casi un 5%, que cuando lo leí quedé, pero realmente sorprendido.

Es decir que pienso que para conseguir una incidencia real tendríamos que trabajar con gente que esté mentalizada y conozca el fenómeno y hacer estudios prospectivos multi céntricos, no tenemos este estudio. Lo de Pim van Lommel está publicado en Lancet, en el año 2010, una revista de mucho prestigio, The Impact Factor que se llama, médica muy importante y es uno de los estudios más importantes que hay. Yo, lógicamente mis 5 casos, y en mi hospital que no hay una filosofía próxima a este fenómeno pues yo no puedo, yo no puedo decir la incidencia que tengo en mi hospital porque muchos casos de muertes clínicas van a otros servicios y yo no los puedo ver.

¿Por qué cree que no se estudia el fenómeno de las ECMS tanto a nivel hospitalario como a nivel académico?

Aparte de este aspecto también hay la vertiente de que hay una sobreactividad en los centros sanitarios, es decir hay poco personal, la gente está sobrecargada de trabajo. Y esto requiere un tiempo para poder sentarse al lado del enfermo, hablar con él, dialogar, pasar un rato darle confianza. Y todo esto tristemente el personal sanitario tiene que controlar muchos pacientes, hay mucho trabajo y lógicamente no es propicio a poder adoptar esta actitud.

Es decir por la vertiente científica y por la sobrecarga pues no hay una un interés especial por el personal sanitario. No solo esto, sino que llegan unas veces como me ha pasado a mí que cuando lo comento, me dicen esto son tonterías, son fantasías, no le hagas caso, esto es por la hipoxia cerebral, la falta de irrigación que provoca alucinaciones y déjate ya de cuentos y vayamos al trabajo. O sea, esta es la respuesta, hasta el punto que en nuestro ámbito veremos que hay muy poca gente pues que tenga un mínimo de inquietud y experiencia precisamente en este fenómeno por esto.

Me preguntaba también si en la facultad, durante mi enseñanza, en la facultad en absoluto, en aquellos momentos la década del 61 al 67 esto realmente pues nada, esto era un tema para los filósofos y los religiosos, en absoluto, ni comentarlo. Y actualmente yo soy profesor de cirugía en la Universidad y en claustro y realmente es que prácticamente ni me atrevo a plantearlo, porque cuando la gente se pelea para tener más crédito, es decir más horas lectivas porque entonces tienen más derechos, más profesorado y más cosas, material más de su asignatura, hablar de estos temas para ellos es completamente anecdótico. Es decir no hay ningún tipo de inquietud docente en la Universidad y hay poquísima inquietud a nivel del personal sanitario, tanto profesional médico como profesional de enfermería, para investigar y estudiar este fenómeno que realmente es objetivo y es una realidad. Esto es una realidad.

Independientemente de la causa médica y de la interpretación de las ECMS, lo que es innegable es que detrás de ellas hay un ser humano, un paciente que las vive en primera persona, dentro del hospital y que queda profundamente marcado.

¿Estamos detectando y atendiendo adecuadamente a estas personas? ¿Por qué la persona que vive una ECM no suele contar su experiencia espontáneamente?

He visto que los pacientes son muy reacios a comentarnos sus vivencias y experiencias; y siempre hablando con ellos hay dos motivos por los que no nos quieren contar. Uno porque temen que no les vamos a creer, porque son unas vivencias que salen de la normalidad. Y en otro lugar, otro motivo es porque temen que los consideremos pues que están, son psicópatas a consecuencia de su proceso patológico que han padecido pues ha quedado alguna lesión cerebral, y que cuentan cosas anecdóticas que no sé no se adaptan a la realidad y tienen miedo que les digamos que son psicópatas.

Les diré que en la bibliografía mundial hay casos diagnosticados de psicópatas al comentar sus experiencias y que han recibido tratamiento médico. Por esto hay que ser tremendamente cuidadosos suaves y muy delicados para obtener la información. Yo lo que hago que me da buenos resultados es comentarles y decirles que es un tema que conozco, que me interesa mucho que lo estoy trabajando e investigando científicamente, que tengo otros casos y que sería interesante que colaborara, pues, para aumentar nuestros conocimientos y nuestra interpretación científica del fenómeno.

Lo que es curioso es que coincidiendo con la bibliografía mundial que quiero que resalte que ¡son miles los casos descritos! Es decir que no es un fenómeno anecdótico, o casual, o raro, sino que es un fenómeno tremendamente frecuente, lo que pasa que no le sabemos dar la importancia que tiene. Y en todos los casos y coincidiendo con el mismo, los enfermos tienen una serie de puntos básicos que se repiten de una manera, con gran precisión, las variaciones son más de matiz, son aspectos secundarios; pero los aspectos puntuales básicos se repiten de una manera curiosa, yo diría casi religiosamente.

Ante una persona que ha vivido una ECM ¿qué actitud (médica y humana) hay que tomar?

Lo que más le preocupa al paciente es la aceptación por parte del personal sanitario, médicos y enfermeras, familiares y amigos, es decir que le crean, que acepten que él realmente ha tenido un fenómeno, unas vivencias, unas experiencias durante el tiempo que él estaba en muerte clínica.

Lo peor que podemos hacer a un paciente es negarle esta aceptación, él está tan convencido de que esto es cierto que aunque le digamos que esto son tonterías, fantasías, alucinaciones, que se debe a la falta de irrigación cerebral él no se lo cree, él dice, podéis decir lo que queráis pero esto es real, yo le he vivido realmente, esto es cierto, se todos los detalles, se hasta el más mínimo detalle. Una alucinación es completamente distinta. Después me han dicho, dice, no sabe usted el daño que nos harían sí a mí cuando yo cuento esto me dijera que soy una farsante o me cortaran y dijeran que esto no es verdad; dice, me harían un daño psicológico tremendo, el mismo enfermo lo dice.

Esos problemas son lo que ellos más temen los problemas de aceptación de su realidad, de sus vivencias que para ellos son tremendamente reales y que sea aceptado y ellos desearían ardientemente que fueran aceptados, personal sanitario, familiares y amigos. Este es el gran problema, lo que pasa que el personal sanitario no está motivado e interesado en esto y se fundamenta en el método científico que aparta esto.

¿Qué es lo que más le ha llamado la atención en las experiencias de estas personas?

Lo que más me ha llamado la atención primero es la forma, con la seguridad absoluta que los enfermos comentan. Con la gran cantidad de detalles que nos manifiestan, a veces tiempos después se acuerda, es decir, la memoria es muy fina al respecto.

Después me llama mucho la atención el impacto que les condiciona, sobre todo el momento que ven la luz, es decir, la sensación de armonía de paz y sobre todo de amor, ellos hablan de amor, una sensación de amor y una sensación de expansión, es decir que, nosotros tenemos una conciencia local que nos delimita mucho, que vemos, tenemos un prisma de visión muy estrecho. Y cuando están dentro de las vivencias de las experiencias alrededor de la muerte su visión es tan amplia, dicen que forman parte de todo el mundo, es decir que forman parte del todo, se sienten que están integrados, que forman, es un conjunto, es un fractal. Aquí interviene el concepto de fractal de Mandelbrot, que introdujo el matemático, es decir que es un fractal, que es una parte, pero de un holograma total y que ellos forman parte.

Y esto como después también comentaremos condicionó un impacto clarísimo sobre, desde el punto de vista psicológico, qué repercusiones tiene en la vida normal diaria, en el rol vital de estos enfermos, tanto desde el punto de vista físico como anímico, que es interesantísimo.

¿Qué impacto posterior tiene la ECM en estas personas? ¿Ha hecho usted algún seguimiento de su evolución?

Mire yo soy de una escuela de una época que el enfermo para mí es lo más importante y entonces como trato enfermos muy complejos, mucho cáncer de esófago, páncreas, colon recto, pacientes muy complejos.

Estos enfermos hay que hacer lo que se llama el fellow, es decir el seguimiento de ellos, estos enfermos los sigo siempre, en consultas externas; tengo un día, tengo consulta externa, que tengo la revisión y el seguimiento de todos estos enfermos.

Es decir, estos enfermos por su patología y después por mi interés personal de experiencias cercanas a la muerte, con mayor motivo los he seguido durante muchísimo tiempo. Y entonces he podido comprobar, de una manera muy fehaciente, cuál es el impacto que ha condicionado las experiencias cercanas a la muerte, tanto en su rol vital en los aspectos materiales y físicos como en la vertiente anímica.

Y es realmente espectacular, en todos, en todos hay un cambio espectacular. ¿En qué consiste este cambio? En primer lugar, los pacientes pierden importancia, dan menos importancia al ego, que es está individualidad materialista, que todos tenemos, propio de nuestra sociedad y dan mucha más importancia a la conciencia. Esta conciencia no local, esta conciencia que para ellos perdura después de la muerte. Se aficiona mucho a disciplinas más metafísicas, la filosofía, la teología. Se vuelven mucho más intuitivos, hablaremos después de la intuición, es una manifestación de esta conciencia no local.

Y lo que llama más la atención, y esto sí que nunca falta, es que pierden absolutamente el miedo a la muerte. ¿Por qué tenemos miedo a la muerte? Esto es un tema interesante, tenemos miedo a la muerte, todos, por varios motivos. El primero porque el paso de la vida a la muerte suele ser doloroso, molesto, desagradable, de gran soledad, impersonal, lo tenemos. Un gran accidente, una enfermedad que nos va a detener, es decir es un paso molesto y desagradable. El segundo motivo por el cual nos asusta, nos asusta la muerte, es porque supone un paso a lo desconocido, no sabemos qué pasa. La gran mayoría de la gente o casi todos no sabemos qué pasa. Un paso a lo desconocido siempre angustia a las personas. En tercer lugar lo dejamos todo, familia, amigos, todos los bienes materiales por los cuales nos hemos malgastado nuestra vida. Venimos sin nada y nos vamos sin nada. Y en cuarto lugar tenemos un instinto de conservación tremendamente potente.

Todo esto condiciona el miedo a la muerte que tenemos todos. Estos enfermos de una manera taxativa lo pierden totalmente, ellos dicen que están convencidos que hay una existencia, una vida después de la muerte en otra dimensión energética, y que es tremendamente mejor, extraordinaria, que ellos la han conocido y no querían volver. Lo citan de una manera muy gráfica diciendo que el auténtico valle de lágrimas, el vía crucis está aquí, no en el otro lado.

No querían volver, es decir no tienen miedo. Una enferma por ejemplo me lo explicó de una manera muy gráfica, porque yo le pregunté ¿entonces para usted que supone nacer? Dice nacer, dice, imagínese que usted va al sastre, el sastre le toma las medidas y le hace un traje, cuando sale del sastre con su traje nuevo está, pues hermoso, muy elegante; al nacer el niño está precioso, dice, pero el traje pues se va deteriorando, y llega un momento que tiene que desecharlo por deterioro. El niño, todos tenemos un proceso de involución senil, genéticamente marcado, es un proceso bioquímico que hoy conocemos bastante bien que nos va deteriorando hasta que llega un momento que el deterioro es incompatible con la vida y viene la muerte natural, a no ser que haya una causa intercurrente. Dice, esto es la vida, dice, es un paso tan finito, tan corto, en una dimensión muy baja energéticamente hablando, la dimensión humana. Dice que realmente, pasarlo, es realmente lo más beneficioso, alcanzar la otra situación. Entonces yo le pregunté ¿y qué sentido tiene la vida? Dice, la vida es maravillosa, la vida hay que aprovecharla. Dice venimos aquí a adquirir vivencias, experiencias, memoria, esto es lo que nos llevamos. Hay que vivir intensísimamente.

Estos enfermos, después de vivir su proceso de muerte clínica con sus experiencias, tienen una dinámica vital mucho más activa, se interesan por todo, quieren adquirir vivencias y experiencias que es lo que se llevarán.

Otro aspecto importante es que se vuelven tremendamente intuitivos, comentaremos la intuición que es muy interesante. Y finalmente, y este también es un dato muy generalizado, y muy, muy evidente, es que se desarrolla en ellos una gran espiritualidad, perdiendo importancia la filiación religiosa. La espiritualidad ellos lo conciben como esta necesidad inherente de la conciencia no local, lo que perdura, de volver a su origen, a la conciencia primera, al holograma desde el punto de vista fractal; y entonces busca la proyección hacia su origen energético. En cambio, la religión evidentemente ayuda, pero la religión ellos lo ven como un medio que puede ayudar a despertar la espiritualidad pero que se le pone una serie de dogmas con el fin de dominar y tener poder, hasta el punto que estos dogmas a veces van contra los principios de la religión. Estamos viendo las barbaridades que hacen los yihadistas matando a gente inocente por un principio religioso porque van contra los herejes, esto es una auténtica bestialidad. Y lo que hizo la religión católica con la Inquisición amigos míos, creo que llegó hasta él Papa a pedir disculpas.

O sea que, vemos que este aspecto religioso a ellos no les interesa, es la espiritualidad, esta necesidad de proyectarse hacia su origen energético es lo que se desarrolla en ellos en gran medida.

Las experiencias cercanas a la muerte son un fenómeno con múltiples facetas a investigar. En el plano médico son un desafío por ejemplo para la Neurología, la Anestesiología y la Psiquiatría. En el plano asistencial abren todo un campo de atención a pacientes que casi siempre callan la experiencia más importante de sus vidas, que ha ocurrido precisamente en el ámbito hospitalario. Y en el plano humano son un serio indicio objetivo de la existencia de una dimensión más allá de nuestra vida física.

Al final, como científico y como ser humano, ¿qué son para usted las Experiencias Cercanas a la Muerte?

Para mí son una realidad objetiva clarísima, lo que pasa es que yo en estos momentos no tengo un método científico para poderlas demostrar. Yo no puedo ir a un Congreso médico y hablar de estas experiencias cercanas a la muerte porque lo primero que me dirán… venga demuéstralo científicamente, estadísticas. Yo todo esto no lo puedo dar.

Es decir, en este sentido para mí son una realidad porque las he vivido, he visto cómo hablan los enfermos, he visto que tiene mucha explicación con la física cuántica, y que es una realidad, esto es cierto. Pero que no tengo un método científico y ¿en qué me ha influido mucho a mí? Primero me ha ayudado mucho a comprender a mis enfermos, es decir a valorar al enfermo de una manera integral.

Para mí el enfermo es cuerpo, mente y conciencia, llámele conciencia, alma, espíritu llámele como usted quiera, yo no pongo nombres, también la energía primera la puede llamar pues brahma la puede llamar Dios, la puede llamar Jehová, Alá, lo que usted quiera o energía cuántica universal, inteligencia primera, lo que usted quiera, en esto ya no me pongo. Es decir me ha ayudado a valorar al enfermo de una manera integral y todo esto al comprenderlo integralmente y aceptando que más del 90% de las enfermedades tienen un sustrato mental, me permiten, pues, comprenderlo y ayudarlo mejor.

Y personalmente me ha mejorado, me ha mejorado mucho en el sentido de que, como médico, como profesor universitario, y como investigador pues también me fundamentaba, y me sigo fundamentando mucho en el método científico, y creo que hay que continuar, es fundamental piensen que hace 100 años la vida media era 40 años, hoy es 85 aquí en Cataluña, de las mejores que hay. Y todo esto gracias al progreso científico, el método científico hay que apurarlo tope, y aprovechar todas las ventajas que nos dé, siempre la parte beneficiosa y positiva.

Nunca ir en contra método científico, al contrario, potenciar, yo lo hago cada día. Pero aparte de esto hay otra vertiente al ser humano y esta vertiente hay que estudiarla valorarla, y me ha ayudado a descubrirla en mí. He hecho cursos de meditación profunda, medito y llegó a ponerme en contacto con mi conciencia no local y esto me da una armonía, una paz, gozo. Cuando uno medita pasa por varias etapas, la primera etapa es que uno pierde la conciencia del cuerpo, es decir ni se entera que tiene brazos, ni cuerpo. Después de una segunda etapa en que nota paz, gozo y armonía. Y una tercera etapa de expansión, que se le abre a la conciencia y se da cuenta que forma parte de todo, con una sensación de hermandad, de respeto hacia todo; es decir que somos todo, formamos parte de todo. Esto lo explicó muy bien James Lovelock con el Gaia, el concepto Gaia, que el universo es una superestructura totalmente interconectada e interrelacionada. Entonces en esta última etapa de la meditación se expande la conciencia, enorme y entonces tienes mucha más información. Uno se da cuenta de que forma parte del todo y sobre todo que impera cada vez más esta dinámica vital positiva de altruismo, empatía, bondad y esto de hacer maldad te das cuenta que no.

Esto ya lo dijo Kant, el gran racionalista del siglo 18, y dice, hay dos cosas que me sorprenden enormemente, era el gran racionalista, una crítica a la razón pura, dice una externa cuando miro hacia arriba y veo la inmensidad del Universo, dice, cuando se ve esta inmensidad con esta perfección es porque hay unas leyes, porque si no, por la segunda ley de la termodinámica todo tiene tendencia a la entropía o desorden, al caos, dice, y aquí hay un orden perfecto.

¿Por qué hay un orden perfecto? Porque hay unas leyes y siempre que hay unas leyes quien las pone, una inteligencia que está por encima, aquí hay una inteligencia por encima, llámela como quiera.

Y lo segundo que me sorprende es lo que tenemos dentro, estos principios éticos que hablaba de ellos Platón y después Carl Jung y Kant también. Que son los arquetipos, estos principios éticos que nos dicen lo que es bueno y lo que es malo. Son unos moldes, unas leyes universales que tenemos todos que sabemos, cuando hacemos una mala jugada a alguien, tenemos esta sensación de amargor de sabemos que hemos hecho maldad, y cuando se hace una buena obra se tiene una sensación de paz que has seguido las leyes naturales. Esto me ha ayudado mucho, las experiencias cercanas a la muerte, es decir que yo le he sacado mucho provecho también.

El doctor Sans sigue divulgando y colaborando con distintas instituciones en el estudio de las experiencias cercanas a la muerte, ahí queda su testigo, ojalá haya profesionales en España que sean capaces de recogerlo.

Desde cursoespirita.com queremos expresar nuestra gratitud y enhorabuena a Alejandro Agudo (entrevistador y productor del video) por su buen hacer en esta magnífica entrevista. Por supuesto también nuestro profundo reconocimiento al Dr. Sans, nuestro Pim van Lommel español. Ojala su gran sabiduría y capacidad pedagógica despierte muchas conciencias tanto en el campo de la medicina como fuera de ella.

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