¡No Peques Más! por Richard Simonetti

¡No Peques Más! continúa la serie de libros sobre la vida de Jesús escritos por Richard Simonetti.

Dice un viejo refrán español:

 “De hombres es errar; de bestias, en el error perseverar

Hay algo de bestial y asinino en esas derrapadas existenciales que van caracterizando el espíritu humano, a lo largo de los siglos, en el suceder de las reencarnaciones.

Admisible la presión del bruto que reside en nosotros, reconociendo la expresión española. Estamos más cerca de la animalidad que de lo angelical.

Pero, insistir en el error, incluso cuando tenemos consciencia de estar haciendo una tontería, está más para la versión patricia.

Pienso en eso, al examinar las lecciones de Jesús.

¡Dios mío! ¡Es todo tan claro, tan evidente!

En sus principios básicos, el Evangelio es un prodigio de objetividad.

Tiene la simplicidad de la sabiduría autentica y la profundidad de la verdad revelada.

Se lamenta que, a pesar del contacto milenario con sus excelencias, la Humanidad persiste en los mismos errores, en los mismos atentados a las leyes divinas, configurando el llamado pecado.

La base de todo aprendizaje extendido a lo largo de los siglos, sedimentando en nosotros la enseñanza evangélica, se manifiesta en la profundidad de nuestra consciencia, sugiriendo, en la intimidad de nuestro ser, que resistamos a las tendencias inferiores.

No obstante, marcamos paso en este sentido, a la manera del mamífero perisodáctilo, el vulgar burrito, cuando no prosigue…

En su bondad, Jesús nos revela las debilidades. Y a cada experiencia reencarnatoria, en el retorno a las luchas humanas, repite la advertencia que, quiera los cielos, nos dispongamos a atender por completo, algún día:

  • ¡No peques más!

En estas páginas el apreciado lector encontrará la secuencia de los comentarios que vamos desarrollando en torno de Jesús:

No puedo afirmar que este libro envuelva el tercer año, por la dificultad en establecerse una cronología precisa de los acontecimientos que marcaron la trayectoria del misionario divino.

Tal vez estemos más cerca de la realidad considerando que algunos de los pasajes aquí relatados ocurrieron aun en el segundo año y, parte de ellas, en el tercer año.

Considera, amigo lector, que no estás delante de una exegesis evangélica, con rigores analíticos e históricos.

Mi intención es solamente ofrecerte la oportunidad de meditar en torno a las lecciones y episodios sugestivos, aquellos que repercuten más intensamente en nosotros, cuando en ellos nos detenemos, ayudándonos a “desempaquetar”, sin necesidad de interferencia del Dolor, esa maestra severa que no deja impune nuestros pecados.

Richard Simonetti

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