¿Qué es un médium?
Por definición sería todo aquél que puede servir de intermediario para la comunicación con los espíritus. Hay más de 60 tipos de mediumnidad reconocidos, por ejemplo, dos de las más comunes y conocidas son la psicofonía, cuando el espíritu transmite su pensamiento a través de la palabra del médium, o la psicografía, que es aquella en la que el médium recibe esa influencia a través de la escritura.
Desde que el ser humano existe en este mundo ha podido comunicarse con los Espíritus. Siendo que somos Espíritus encarnados, siempre hemos podido establecer contacto con nuestros iguales. Es por eso que los fenómenos de comunicación se han dado en todas las épocas de la humanidad. Y de ello la historia ha dejado numerosos vestigios en todas las culturas y religiones, incluso entre aquellas que hoy niegan por sistema esta posibilidad de comunicación
El médium, a diferencia de la creencia popular, no es un superdotado, que puede saberlo y adivinarlo todo, que puede comunicar con quien quiera y cuando quiera, y no es tampoco un curandero que puede sanar todos los males, ni solucionar todos los problemas.
Es sencillamente un instrumento que permite, de formas muy variadas, establecer un canal entre dos mundos. Un puente entre este plano y el espiritual, por el que inteligencias tan sabias o ignorantes, tan bondadosas o perversas, como las que han habitado en este planeta, nos traen de una u otra forma el gran mensaje de la inmortalidad.
La facultad mediúmnica como tal es neutra y sus buenos frutos dependen de factores como el estudio y el cultivo de las virtudes morales, el esfuerzo continuo del médium por hacerse mejor instrumento del bien.
Así encontraremos médiums que simplemente pueden percibir parte de la realidad espiritual, otros que escriben mensajes de solo ciertos espíritus, otros que tienen premoniciones, etc., etc., es decir porciones más o menos incompletas que requieren ciertos elementos para ser verdaderamente útiles.
Elementos que los propios Espíritus han indicado en El Libro de los Médiums de Allan Kardec. Que se ha elaborado valiéndose precisamente de miles de médiums, en muy diversos lugares, y que en conjunto presenta solo las verdades concordantes, aquellas que han seguido la universalidad de la enseñanza de los Espíritus. Esta revelación que entre otras muchas cosas ha traído el libro de instrucciones que requiere la práctica mediúmnica, las condiciones necesarias y adecuadas.
Con el Espiritismo aprendemos que la mediumnidad es un trabajo serio, que debe realizarse en grupo, que su buen uso tiene como condición sine qua non el estudio, y que los buenos frutos solo provienen de aquellos sintonizados con los buenos espíritus por la práctica del bien y el esfuerzo en vencer sus malas inclinaciones.
Decía Léon Denis en su obra En lo Invisible:
La mediumnidad es una flor delicada que para crecer necesita atenciones y cuidados asiduos. Necesita método, paciencia, altas aspiraciones y nobles sentimientos. Necesita, especialmente el tierno cuidado de un espíritu bueno que le envuelva en su amor y en sus fluidos estimulantes. Pero casi siempre queremos que produzca frutos prematuros, y entonces se desvanece, se seca bajo el aliento de los espíritus atrasados.