Quintín López
Quintín López Gómez (22 de mayo de 1864-13 de mayo de 1936) fue un escritor y periodista español, estudioso y divulgador de la filosofía espírita, de gran talento y erudición. Fue reconocido como uno de los más fecundos escritores espíritas españoles y, entre los que más divulgó el Espiritismo en lengua española.
Infancia y Juventud
Nació en Calvarrasa de Arriba (Salamanca) el 22 de mayo de 1864.
Tuvo una educación accidentada durante su juventud, ya que su padre, militar sin graduación, cambiaba de residencia frecuentemente. Llegó a tener más de 40 profesores diferentes debido a estos continuos cambios. A los 14 años, ingresa en una imprenta en Jaca (Huesca), donde aprende el oficio gráfico, que desempeñará toda su vida. Fue por entonces que hizo su primera incursión en el ámbito de las letras, en una pequeña publicación de Huesca, titulada La Abeja Del Pirineo.
A los diecisiete años, pasó a otra imprenta en calidad de oficial.
Encuentro con el Espiritismo
Su iniciación espírita data, precisamente de aquella época, siendo su iniciador Alberto Atalaya que le dejó Preliminares al Estudio del Espiritismo del Vizconde Torres Solanot y un número de La Luz del Porvenir, revista editada por Amalia Domingo Soler. Se interesó por lo que leía y decidió suscribirse.
Dos años después se asocia a la Sociedad Sertoriana de Estudios Psicológicos, fundada en Huesca en 1877.
Coincidentemente en ese momento en que el joven Quintín López (19 años) llegaba providencialmente a la Sociedad Sertoriana nacía el proyecto de una nueva publicación. Sus conocimientos profesionales en el campo de la impresión, además de su juventud y espíritu colaborador le llevarían a encargarse cuidadosamente de materializar en papel aquel proyecto, lo que incluía la preparación, la impresión, el doblado y el envío de la publicación.
El Iris de Paz
El 15 de marzo de 1883 veía la luz en la ciudad de Huesca El Iris de Paz, publicación quincenal espiritista, y que sería el órgano de la sociedad.
Esta publicación espiritista será en definitiva la ventana al exterior de la Asociación de Libre-pensadores que dirigía Mariano Marco y de la Sociedad Sertoriana de Estudios Psicológicos que presidía Domingo Monreal, apareciendo en sus páginas (inicialmente 8 a dos columnas) informaciones y trabajos de colaboradores entre los que se encontraban: Amalia Domingo Soler, el Vizconde de Torres Solanot, Enrique Oltra, Vicente Aguirre, Salvador Marco, Esteban Chavala, Severo Lasala, Sixto Huerta, Ramón Alamán, Pedro Morcate, Mariano Bellestar, Constantino Olivera, Mariano Pérez, Félix Ferrer, Bernabé Morera, Faliciano Sánz y Lorenzo Fuyola entre otros.
El Iris de Paz suspendido tras declararse una epidemia de cólera en Huesca, publicaría su número 65 y último el 31 de diciembre de 1885, convirtiéndose sus colaboradores en enfermeros que ayudaron a paliar los efectos de la epidemia en la ciudad. Esa transformación de los miembros de la Sociedad Sertoriana en enfermeros benévolos motivó que fueran propuestos para la cruz de beneficencia, que rechazaron.
En 1889, se trasladó a Barcelona y, posteriormente a Tarrassa, en donde ocupó un cargo en el Ayuntamiento de esa localidad. Allí, se casó con María Rosa Coll y Coll, que sería su compañera el resto de su vida.
En aquel momento, el movimiento espírita español había crecido significativamente; se habían establecido centros y sociedades en todo el país; y circulaban numerosas revistas, como La Revista de Estudios Psicológicos (Barcelona), La Revelación(Alicante), El Buen Sentido (Lérida), El Criterio Espiritista (Madrid), en las cuales el joven Quintín López pasó a escribir asiduamente.
Lumen
En 1893, comenzó a publicar la revista Lumen que posteriormente se fusionaría algunos años con la Revista de Estudios Psicológicos, y seguiría publicando en una tercera etapa hasta al menos el año 1926, que suspendió debido a una enfermedad la que había sido una de las mejores revistas espíritas.
Obras
Quintín López Gómez publicó más de 50 obras de su autoría, y en ellas abordó los más diversos temas, siempre a la luz del Espiritismo. Algunas de sus obras más conocidas: ABC del Espiritismo; El arte de curar por medio del magnetismo; Conócete a tí mismo; Diccionario de Metapsíquica y Espiritismo; El catolicismo romano y el Espiritismo; El Espiritismo; El problema religioso; Filosofía del determinismo; Esbozos de Epistemología Espírita; Filosofía y Doctrina Espiritista; Glosario de palabras nuevas o poco comunes en el Espiritismo; Hipnotismo fenomenal y filosófico; Interesante para todos; La mediumnidad y sus misterios; La metapsíquica; Las ilusiones de la realidad y la realidad de las ilusiones; Lo que hay acerca del Espiritismo; Los artículos de mi fe; Los fenómenos psicométricos; Metafísica trascendente; Omniteísmo; Prometeo victorioso o ciencia del éxito; Rasgando el velo; Visión analítica del Espiritismo kardeciano después de medio siglo.
Referencia Filosófica Espírita
En todas estas obras sobresale, además de un profundo conocimiento de la Filosofía Espírita y de todo lo que con nuestro ideal se refiere, un sentido filosófico tan profundo, que bien podemos afirmar que Quintín López con Gonzalo Soriano son dos de las más fuertes columnas filosóficas que tuvo el Espiritismo español.
Se interesó por todos los aspectos teóricos, culturales, prácticos, experimentales del tema espírita. Relacionó importantes trabajos de mediumnidad experimental. Conoció y aplicó el magnetismo. Vinculó el Espiritismo a las inquietudes sociales y políticas de su tiempo.
Por eso, y por mucho más, el pensamiento filosófico de Quintín López Gómez es una referencia obligada para todos aquellos que deseen penetrar con profundidad en la esencia del Espiritismo, comprenderlo en todas sus dimensiones y nutrirse de su infinita sabiduría.
Altamente interesado e involucrado en la marcha del movimiento espirita en el mundo, representó en Londres a la Federación Espiritista Española, en el Congreso Internacional Espiritista de 1922. Allí, propuso la reorganización de la Federación Espiritista Internacional, que había desaparecido como consecuencia de la primera guerra mundial.
Últimos Años
En 1934, contaba 70 años, volvería a participar de un Congreso Mundial, se trataba del 5º Congreso Espiritista Internacional, realizado en Barcelona, donde fue vitoreado y aclamado por los delegados de todos los países participantes, y se le reconoció como uno de los más brillantes pensadores que han configurado la Doctrina Espírita, a partir de su codificación por Allan Kardec.
Una larga enfermedad interrumpe sus tareas, y finalmente tras una intervención quirúrgica, el septuagenario Quintín López reinicia sus trabajos, que llevó al Centro de Estudios Psicológicos de Sabadell a dedicarle un merecido homenaje al que se unió todo el movimiento espiritista español, en una prueba grandiosa de cariño y respeto.
Muy poco después desencarnó en Tarrassa, el 13 de mayo de 1936, 9 días antes de cumplir los 72 años. No tuvo que pasar, al menos corporalmente, por las angustias de la situación creada por la insurrección franquista y el establecimiento de una dictadura con apoyo clerical, que suprimió las libertades republicanas y persiguió con saña y crueldad a todas las organizaciones progresistas, laicas y librepensadoras, y dentro de ellas, por supuesto, al movimiento espiritista español.