Teresa Viejo habla de Espiritismo

La periodista Teresa Viejo, presentadora de televisión, escritora y exdirectora de Interviú ha hecho con Mientras Llueva (Espasa) «una novela de intriga psicológica con misterios, con fenómenos que podría pensarse que pertenecen al mundo de lo intangible y en la que el mundo de los muertos interfiere en el mundo de los vivos».

A veces siento que no media mi voluntad en lo que escribo. Algo me conduce a un lugar por el que debo de caminar. No pregunto el porqué, tan solo lo hago. Entonces el texto fluye y la inspiración es una borrachera de la que no quieres reponerte. Quizá por eso las ruinas, un edificio abandonado, un libro, una descolorida fotografía, el mar… poseen tanto peso en mis novelas. Son personajes mudos a los que me encanta dar voz, como en “Mientras llueva”

-En su novela la trama se va tejiendo entre la realidad y lo espiritual, lo tangible y lo intangible. ¿En qué cree? Si cree…

-Creo mucho más que cuando empecé a escribir, sin la menor duda. Tengo un cierto recelo a manifestarlo en las entrevistas porque no quiero que se me califique. Creo que el lector tiene que hacerse su propia reflexión. Lo que sí asumo es que no somos materia única y exclusivamente. Y ¿hasta qué punto esa otra cosa, que se llama energía, espíritu o alma interfiere en la materia, se comunica o nos guía en la vida? Es algo que me sigo preguntando.

Yo entiendo que hay determinadas cosas que se producen en mi vida porque las impulsa algo por encima de mí y no sé explicar qué es. Es algo que no puedes traducirlo de modo que se pueda discernir con la cabeza, siempre pido al lector que lea con el corazón. Si lo lees con la razón solo te quedas con el envoltorio.

En la gira promocional de su novela, ha señalado especialmente un acontecimiento que sucedió en Barcelona en 1888 y que tiene su peso en la novela. No es la Exposición Universal de ese mismo año, que dejó recuerdos como el Arc del Triomf, el parque de la Ciutadella o el monumento de Colón:

«Ese mismo año se celebró también en Barcelona el Primer Congreso Internacional Espiritista», recuerda.

En el proceso de descubrir el pasado de su familia, de saber si lo que sucede en su mente es verdad o no, la protagonista, Alma Gamboa, entra en contacto con una médium.

«Siempre me ha impactado que en aquellos años la prensa espiritista se vendiera de forma normal en los quioscos; y me puse a investigar para la novela. Los prohombres de la política, de la sociedad, de la universidad, del periodismo, de la ciencia también, de ese final del siglo XIX, participaban del movimiento espiritista. ¡La Primera República aprueba que el espiritismo se imparta en la enseñanza secundaria y universitaria!»

En el fondo, cree Viejo, 

«no hacían más que reflexionar sobre lo que es ese momento estudiaban otros científicos: qué es la materia; dónde acaba; cuando acaba, qué existe».

«Lo más vanguardista y lo más inquieto de la sociedad en el mundo de las ideas de aquel entonces estaba en el movimiento espiritista».

-Llega un momento en el que el mundo real se entrelaza con el de los espíritus. ¿Qué papel juega lo paranormal en Mientras llueva?

-He necesitado ver qué era el movimiento espiritista en la España del XIX pero no porque hable de ello, sino porque necesitaba ver su dimensión. Durante la época universitaria, cayeron en mis manos varios periódicos espiritistas. Me sorprendió muchísimo la enjundia que tenían esas publicaciones. A este movimiento espiritista se sumaban filósofos, científicos, profesores de universidad, políticos, literatos… Luego me he dado cuenta de que yo misma me hago las mismas preguntas que todos nos hemos hecho: ¿Es esto todo? ¿A dónde vamos? ¿Cuándo fallecemos se queda algo?

Siempre me atrajo el gran peso que tuvo en España el movimiento espiritista desde mediados del siglo XIX hasta comienzos del XX, como sucedió en el resto de Europa. Por ello, al dotar de instrumentos a Alma para encarar su pasado y su destino, deduje que podría recurrir a sus doctrinas, aunque solo fuesen un revulsivo en la mente racional de una farmacéutica. Si todo está sujeto a la validación científica, según Alma, pongámoselo difícil.

En cuanto abordé el proceso de documentación me topé con un hecho interesante: el Primer Congreso Internacional Espiritista se celebró en Barcelona en 1888. Con ese punto de partida, lo demás vino rodado.

El Espiritismo admite muchas aproximaciones pero exige también una pérdida de los prejuicios y un alejamiento de la frivolidad: fue una corriente abordada con espíritu científico y filosófico que pretendió dar respuesta a las eternas preguntas humanas. Esas que aún seguimos formulándonos con disciplinas como la física cuántica. Sus seguidores fueron hombres ilustres de la época, desde representantes de la Universidad, a médicos, literatos o políticos, y alguna mujer como Amalia Domingo Soler, la primera editora de un periódico en España: La Luz del porvenir.

El tiempo atomizó el movimiento en distintas familias y derivó a movimientos sociales de marcada finalidad política, por lo que el desgaste fue inevitable hasta una pervivencia apenas testimonial. Sin embargo sería injusto convertir la doctrina Espírita en lo que realizan los nigromantes y similares. Craso error. Como síntesis este es uno de los propósitos con los que clausuraron el Congreso: Constituye una Ciencia positiva y experimental, que marca una etapa importantísima en el progreso humano. Da solución a los mas arduos problemas morales y sociales. No impone una creencia, invita a un estudio”. Barcelona, septiembre 1888.

En el siguiente video Curso Espírita recopila diversos momentos en radio, televisión y presentaciones del libro en los que Teresa habla de Espiritismo.

 

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