¿Ha estudiado la ciencia oficialmente los fenómenos espíritas?

, especialmente en la segunda mitad del siglo XIX. Diversas comisiones científicas entre los que se contaban científicos de los más importantes estudiaron los fenómenos, muy de actualidad en esos días. La prensa se ocupaba de ello frecuentemente y a decir de muchos, se trataba del acontecimiento del siglo.

Uno de los casos más destacados es el de la Royal Society, la sociedad científica más antigua del Reino Unido.

Albert Einstein, Isaac Newton o Charles Darwin eran algunos de sus miembros más conocidos. Sir William Crookes, por ser el miembro de la Royal Society más destacado en aquel momento, recibió el encargo directo de ésta para investigar los fenómenos mediúmnicos.

Sir William Crookes aceptó estudiar estos fenómenos y llevó a cabo su investigación con el mismo espíritu de seriedad que sus anteriores investigaciones. Merece la pena señalar que fue descubridor de los rayos catódicos, del talio, del electroscopio, radiómetro, espectroscopio, etc.

Investigó durante años a varios médiums de efectos físicos. Llevó a cabo numerosas pruebas, llegó a inventar aparatos que impedían cualquier posibilidad de cualquier fraude.

Algunos de sus colegas pudieron presenciar los fenómenos y ratificarlos.

Pero cuando presentó el dossier con el resultado a la Royal Society e hizo pública su corroboración de los hechos espíritas, la mayoría le tomó por loco. Así por ejemplo invitó al Secretario de la Royal Society a presenciar los fenómenos por sus propios ojos, ante lo que éste se negó, colocándose en la misma situación que aquellos cardenales que se negaban a contemplar los satélites de Júpiter a través del telescopio de Galileo.

La ciencia moderna ante un nuevo problema no titubeó en mostrarse tan reaccionaria como la teología medieval.

Pero Crookes siguió defendiendo el resultado de sus investigaciones y publicó varios libros con el detalle de sus investigaciones. Con el valor de todos los que nadan a contracorriente y siendo en cierta medida relegado a pesar de su obra y genialidad. Así por ejemplo fue candidato en varias ocasiones al premio Nobel, tanto por física como por química, sin llegar nunca a ganarlo, cuando tenía sobrados y reconocidos méritos para ello.

Los prejuicios muchas veces fruto del fanatismo religioso, del que no estaba ni está vacunado el medio académico, chocaban de frente con las creencias particulares de muchos científicos.  Otras veces por puro materialismo, llevaron a tildarle de loco, amante de una médium, o hasta miope, ¡precisamente a quien había ampliado el horizonte visual de la humanidad! gracias a inventos como el tubo de Crookes o el espectroscopio.

Estamos seguros que futuros descubrimientos en el campo científico y mediúmnico le darán el lugar que le corresponde entre los más grandes de todos los tiempos.

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