Sueños

    Efecto de la emancipación del alma al dormir el cuerpo. Cuando los sentidos están entorpecidos, los lazos que unen el cuerpo al alma se aflojan; ésta, al volverse más libre, recobra parcialmente sus facultades de Espíritu y entra más fácilmente en comunicación con los seres del mundo incorpóreo. Al despertar, el recuerdo que conserva de lo que ha visto en otros lugares y en otros mundos –o en sus existencias pasadas– constituye el sueño propiamente dicho. Pero como este recuerdo es sólo parcial, casi siempre incompleto y mezclado con recuerdos del estado de vigilia, de ello resulta que hay interrupciones en la serie de los hechos, lo que corta la ilación y produce esos conjuntos extraños que parecen no tener sentido, como si a un relato hubieran truncado aquí y allá trechos de líneas o de frases.

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