¿Es el Espiritismo una religión?
No, Allan Kardec en el libro ¿Qué es el Espiritismo? dejó la siguiente definición:
El Espiritismo es la ciencia que trata de la naturaleza, origen y destino de los espíritus, y de sus relaciones con el mundo corporal.
Es al mismo tiempo ciencia experimental y doctrina filosófica. Como ciencia práctica, tiene su esencia en las relaciones que se pueden establecer con los espíritus. Como filosofía comprende todas las consecuencias morales resultado de esas relaciones.
Es una doctrina filosófica que tiene consecuencias religiosas como toda filosofía espiritualista, y por esto mismo toca forzosamente las bases fundamentales de todas las religiones: Dios, el alma y la vida futura; pero no es una religión constituida, dado que no tiene culto, rito ni templo, y que entre sus adeptos ninguno ha tomado ni recibido título de ningún tipo.
El Espiritismo no posee dogmas, ni cultos, ni ritos, ni ceremonias, ni jerarquías; no pide, ni admite ninguna fe ciega, quiere que todo sea comprendido. Está basado, pues, en principios independientes de toda cuestión dogmática.
No es por tanto una religión porque no hay una palabra para expresar dos ideas diferentes, y que, en la opinión general, la palabra religión es inseparable de culto, despierta exclusivamente una idea que el Espiritismo no tiene. No teniendo el Espiritismo ninguno de los caracteres de una religión en la acepción usual del vocablo, no podía, ni debía adornarse con un título sobre cuyo valor inevitablemente se habría equivocado.
Es por esto por lo que simplemente se dice doctrina filosófica y moral. No obstante sus consecuencias morales están implícitamente en el Cristianismo, porque es la moral que recomiendan los espíritus, y la más alta expresión de caridad y amor al prójimo que encontramos.
Todo lo dicho hasta ahora son palabras literales del codificador, para quien el Espiritismo se reviste de tres aspectos distintos pero complementarios: Ciencia Experimental, Doctrina Filosófica y las consecuencias morales surgidas de los dos anteriores. En ningún momento expresó que en ese triple aspecto se encontrase la religión como algunos han querido hacer ver, sino todo lo contrario. Cualquier espírita o espíritu que afirme que el Espiritismo es una religión estaría en realidad negando lo que Allan Kardec ya ha definido claramente.
Desde los primeros párrafos de la revelación espírita, en la Introducción de El Libro de los Espíritus observamos la gran preocupación del codificador y pedagogo francés para dar a cada palabra su significado preciso, y cualquier intento posterior de algunos espíritas al tratar de justificar que el Espiritismo sea una religión es argumentalmente tan forzado como diametralmente contrario a la visión y definiciones de Allan Kardec sobre el verdadero carácter del Espiritismo.