¿Antes de encarnar el Espíritu elige el tipo de vida que tendrá?

Depende de su evolución. Por lo general, en nuestro estado evolutivo, nos son impuestas ciertas pruebas o expiaciones, en realidad consecuencia de nuestras propias elecciones, al momento de cometer ciertas acciones, que han generado unas consecuencias, a través de la ley de causa y efecto.

Existe un planeamiento reencarnatorio, que nos sitúa exactamente en el lugar que nos corresponde, en el que podemos colaborar si estamos suficientemente evolucionados.

Por lo tanto algunos espíritus con cierta evolución pueden participar en el plano espiritual de ese planeamiento reencarnatorio, es decir de la planificación previa de su siguiente encarnación. Pueden solicitar el género de vida y hasta la familia y cuerpo físico en el que vayan a encarnar, pues las imperfecciones de ese cuerpo son para el espíritu pruebas que lo ayudarán a su adelanto si las supera. Pero la decisión última de esa planificación no depende de él.

La literatura espírita es muy rica en ejemplos y casos de este tipo, pero nunca podemos generalizar que un tipo de vida vaya a generar otra, ni que un crimen conlleve una expiación de tal o cual clase, porque cada caso es muy particular; y la justicia divina analiza hasta el más mínimo detalle, dando a cada uno exactamente lo que le corresponde, y con el claro objetivo de hacerle progresar.

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